España impone su fondo de armario

Pero la irrupción de la segunda unidad, muy especialmente de Pau para mejorar las tenues prestaciones de su hermano -lejos Marc de sus mejores versiones pretéritas al limitarse al papel de poste repetidor sin acercarse a las áreas minadas de las zonas- y del imprevisible Llull que aún extrae conejos de la chistera de vez en cuando devolvieron la jerarquía presunta a un bloque, el español, claramente mejor que la palidecida imagen albiceleste. Habituados a esa Argentina que marca la dentadura sobre los brazos en cada acción, sorprende toparse con un equipo menor, escaso de las revoluciones que le han procurado celebridad y excesivamente dependiente de sus bases. Ni siquiera el venerable Scola, mientras hubo contienda de verdad, se acercó al peso específico durante el duelo de su coetáneo Gasol I 'El Emperador'. Dosificado, sí, pero productivo también. El cuarto resuelto con el contundente parcial de 20-9 evidenció que al incuestionable liderazgo de Ricky Rubio le ampara un coro de rango mayor. Como los figurantes inolvidables y numerosos en las películas del maestro Berlanga.

El grupo ataviado de blanco para la ocasión, deshilvanado en su puesta en escena, con presbicia en ataque y condescendencias atrás (20-25 tras los diez primeros minutos) sólo invirtió cuarto y mitad de la cita para mostrar la popa a su adversario. ¿Cómo? Mediante la fórmula matemática de la base (Chacho remando en la misma dirección que Ricky) por la altura, donde cabe resaltar sin estridencias las aportaciones de Claver, Pau, un sólido Willy y hasta Garuba cuando Scariolo repara en la figura atlética del aún 'cuatro' madridista'. Cierto que a España le costó identificarse en el espejo, pero una vez auto-reconocida su figura no dejó de acicalar un triunfo que ya antes del intermedio en modo alguno peligró. Mientras al deslucido bloque de 'El Oveja' Hernández le faltaban militares de alta graduación e infantería, al de Scariolo le valía el arsenal propio y extenso -y eso que al polivalente Juancho lo ha dejado Minnesota varado en la playa- para postularse como un candidato firme a las medallas. ¿Aventurado pronóstico? Tal vez sí, pero flota en la atmósfera la idea de que Estados Unidos, Francia, España y Eslovenia -precioso duelo por el primer puesto del grupo en la matinal del domingo- lucharán a cancha abierta por los metales.

Dos partidos y otros tantos triunfos sin agobios. Y hasta la fecha quedan la ascendencia de Rubio, la necesidad de que el mediano de la saga Gasol cobre un protagonismo real del que ahora carece y aguardar el emparejamiento de cuartos para una selección que vive un idilio con los Juegos de los siete aros: los cincos olímpicos y los dos de las canastas.