«No he cogido dos avituallamientos y ahí lo he perdido todo», lamenta Majida Maayouf

Majida Maayouf ha finalizado en el puesto 17 el maratón olímpico después de una carrera muy valiente, en la que ha estado en el grupo de cabeza hasta la exigente ascensión del kilómetro 28. De ahí hasta la meta ha pagado el no haber podido coger los avituallamientos de los kilómetros 10 y 35, un hándicap que le ha llevado a la alavesa a llegar deshidratada a meta y con una sensación agridulce por sentir que podía haber peleado incluso por un diploma olímpico en su debut.

«Estoy muy contenta por ser olímpica porque por fin lo puedo decir, me ha costado 21 años de insistir, de pelear, de superar muchas dificultades, pero ya soy olímpica», ha declarado Majida a este medio en la zona mixta. El problema es que todo iba según lo planeado hasta que los contratiempos se han cruzado en su camino y le han alejado de su objetivo. «Esperaba ser finalista, lo he intentado, sabía que se lo iban a jugar todo en el kilómetro 28, en la cuesta, pero he llegado sin fuerza, han subido más rápido y yo no quería forzar tanto, pero después ya estaban muy lejos, y he pensado que se me ha escapado todo, que lo tenía todo perdido, pero quería acabar como fuera», ha explicado.

Esos problemas han llegado al no poder tomar avituallamiento en dos controles, algo fundamental para una maratoniana. «En el 10 y el 35 no lo he cogido, y en el 32 no podía más, estaba vacía, pero quería llegar a meta, si hubiera cogido al menos en el 35 hubiera mantenido el ritmo y podía haber quedado entre las 12 mejores, porque me han pasado atletas a las que había dejado atrás», ha lamentado.

Majida le daba vueltas a esas sensaciones que tenía cuando viajaba en el grupo de cabeza y que le hacían ser ambiciosa. «Estaba bien, todo el rato iba cómoda, pero cuando me he quedado sola, vi que todo se me escapaba, así suceden las cosas», ha admitido Maayouf. «De momento no lo puedo valorar de forma positiva este debut olímpico, pero lo iré asimilando y lo valoraré de otra manera», ha dicho la alavesa, que no ha disfrutado siquiera del tramo final «porque quería llegar, iba demasiado lenta y estaba hablando con mi cabeza para llegar».

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