«Celebrar los Juegos era dar la espalda a la sociedad»

La decisión del aplazamiento «se veía que iba a venir», pero a Maialen Chorraut le ha costado «hacerme a la idea. Tengo que borrar de mi cabeza las fechas del 26 al 28 de julio y pensar en 2021», destacó. Desde su punto de vista, son momentos de crisis a nivel mundial y cada uno tiene que aportar «lo que puede porque hay mucha gente peleando contra esta enfermedad. Tenemos la suerte de tener salud y encontrarnos bien, y hay que agarrarse a eso», apuntó la piragüista. Aunque el camino recorrido hasta ahora «se mantiene en la mochila», es consciente de que toda la programación que tenía va a cambiar. «Quedan muchas preguntas en el aire. Si las plazas olímpicas las tendremos que jugar de nuevo...». De momento, tratará de estructurar el calendario «e ir construyéndolo cuando llegue información para el nuevo año olímpico. Vamos a volver a pelear, por lo que hará falta adaptación. Hay que aprovechar estas semanas para coger fuerzas porque la carga es muy fuerte tanto desde el punto de vista mental como físico».

La remera del Club Raspas Arraun de Getxo estaba en plena concentración para la preparación de las competiciones internacionales cuando el estado de alarma le hizo regresar a su casa. «Cuando los Juegos estaban en pie vivíamos con esa incertidumbre porque queríamos prepararnos, pero la situación ahora ha cambiado. El problema es a nivel mundial y la salud es muy importante», recalca. Tiene que enfocar su pensamiento de cara al año que viene. «Aceptar que vienen cambios. No sabemos cómo va a evolucionar esto ni el tiempo que estaremos así. La planificación no ha llegado de la misma forma para todos los países», apuntó. Mientras tanto, se queda con que puede disfrutar de su familia y prefiere pensar en cada día «y no en lo que nos queda». Desde el punto de vista deportivo, «somos una pareja nueva en la embarcación por lo que es algo positivo tener un año más para encontrarnos mejor», razona.

La gran temporada que había firmado Asier García en el plano individual le permitía albergar muchas esperanzas para estar otra vez en una cita paralímpica, en Tokio, con la selección española de baloncesto en silla de ruedas. Tenían plaza fija tras la plata lograda en el Europeo el pasado verano y «se supone que se mantendrá». Sin embargo, el aplazamiento provoca que tenga que «luchar un año más por estar entre los 12 mejores seleccionados. Toca pensar en la campaña que viene y conseguir logros para lograrlo», admite. El bilbaíno pensaba hasta hace pocas fechas que los Juegos podían ser viables, «pero la situación mundial está empeorando y muchas federaciones ya habían avisado que no se iban a presentar». Por ello considera que «lo más lógico para poder disfrutar todos de unos Juegos en buenas condiciones es el aplazamiento». Tiene tiempo para prepararse e intentar llegar en las mejores condiciones. «Habrá que ir asimilándolo y cambiando los programas de entrenamiento tanto individuales como del club».

La surfista de Sopela estaba en la cresta de la ola tras la tercera plaza cosechada en el Sidney Surf Pro hace apenas una semana y media, «pero viendo la situación actual la mejor opción era retrasarlos», subraya. Desde su punto de vista, la decisión adoptada por el COI y Japón ha sido buena «para ser justos con todos. Celebrar los Juegos hubiera supuesto dar la espalda a la sociedad y unas olimpiadas sin público y sin apoyo social perderían sus valores. Han sido muy humanos y celebrándolos en 2021 ganamos todos», manifestó. El aplazamiento ha supuesto cierta liberación para muchos deportistas porque ya tienen claro el nuevo objetivo. Sin embargo, Canales todavía mantiene la incertidumbre de cara a su futuro más cercano porque el Mundial se ha retrasado hasta principios de junio. «Espero que los diferentes estamentos del surf tengan en cuenta esta decisión. Lo mejor sería que el preolímpico también se disputara la temporada que viene», apuntó.

«El aplazamiento era necesario, sin tener en cuenta que a cada uno le venga mejor o peor por su estado de forma». La getxotarra lo tiene claro. «No estamos preparados para una situación como la que atravesamos en la actualidad. Además, no podemos entrenar y un evento de estas características merece que todo el mundo esté al cien por cien», seña. Se encuentra en la misma situación que su compañera Canales porque todavía no se ha celebrado el preolímpico y no tiene la clasificación para la cita de Tokio asegurada. «La fecha de junio es provisional y entiendo que es precipitada porque en muchos países puede ocurrir que no dejen salir a sus ciudadanos. Ya no hay prisa por lo que sería mejor que se retrasara y así podríamos tener más tiempo para prepararnos una vez que se haya levantado el estado de alarma», apunta. Sin embargo, en caso de que se mantenga y de que les dejen ir a competir «allí estaremos. Sería una buena señal de que todo se ha normalizado en el Mundo», concluye.

A la alavesa le parece «lógico» el aplazamiento de los Juegos Olímpicos. «No hubiera sido justo que siguieran adelante porque la situación actual es algo que nosotros no podemos controlar», destaca. La decisión adoptada le ha ahorrado incertidumbre porque entrenar en casa sin los medios adecuados no es la mejor forma para preparar un maratón. Su intención era ir a buscar la mínima en Hamburgo en el mes de abril. «Estaba muy bien de forma. Había conseguido rebajar en medio minuto mi tiempo en la media maratón. Y también tenía la posibilidad de clasificarme por puntos», destaca. Reconoce que había algunas atletas que se habían echado atrás esta temporada para tratar de buscar la mínima y que la que viene se abrirá más el abanico, «pero tengo ganas de intentarlo y para ver si puedo estar en mis primeros juegos», argumenta.

El pasado mes de febrero logró la medalla de bronce en el Campeonato de España de Maratón celebrado en Sevilla con un tiempo de 2h 09'55 que suponía su plusmarca personal y la mínima olímpica. El alavés Iván Fernández estaba otra vez entre los mejores después de que la temporada pasada tuviera que pasar por el quirófano en tres ocasiones por problemas en los tendones de Aquiles y el anterior se lo pasara en blanco «por un bloqueo metal». Tenía muchos opciones de estar en los Juegos, pero deberá de esperar. Sin embargo, el aplazamiento lo asume con naturalidad. «Era una situación que todos sabíamos que podía ocurrir y más viendo la capacidad de contagio que ha mostrado el virus. Europa lo está sufriendo ahora con más fuerza, pero Estados Unidos y Latinoamérica también han comenzado a acusar de forma importante este problema», apunta. Por estas razones considera que «no tiene mucho sentido que se disputen unos Juegos cuando el 80% de los participantes no están en las mejores condiciones para entrenar». Muchos de los atletas iban a buscar sus mínimas en las diversas pruebas en abril y junio, «además de que los diferentes deportes de equipos están parados». En su caso reconoce que cuando conoció la decisión del aplazamiento se puso «triste» en un principio porque el esfuerzo realizado hasta entonces no tenía el premio esperado, pero a su vez «contento» porque la pandemia «es un problema que afecta a todo el mundo y hay que tratar de erradicar. Seguiré luchando por estar en Tokio el año que viene», remata.

El donostiarra Iñigo Llopis tenía la plaza asegurada para los Juegos Paralímpicos de Tokio tras haber conseguido la mínima, pero le parece «justo» que se hayan aplazado un año. «Para mucha gente son el sueño de su vida», recalca. Entiende que la gente esté «fastidiada porque no podemos hacer los que nos gustaría, pero lo primero es la salud y estar en casa es la única manera de acabar con el virus», recuerda. A pesar de los inconvenientes que tiene para mantener la forma física y de que echa mucho de menos la piscina, reconoce que estar en casa «es un plus. Estoy contento por estar acompañado de mi familia, porque no tengo muchas ocasiones de hacerlo».