Tokio 2020

El bronce no es una medalla para Djokovic

El serbio vuelve a repetir su historia en los Juegos, incapaz de alcanzar el oro, y este sábado luchará con Pablo Carreño por el tercer puesto

EMILIO V. ESCUDERO

Viernes, 30 de julio 2021, 20:20

El puño en alto de Djokovic y los aplausos de los serbios que le acompañaban desde su banquillo rompían el silencio en la tarde-noche de Tokio. El número uno acababa de doblegar a Alexander Zverev en el primer set con un repaso (6-1) ... que parecía encarrilar su pase a la final. Los gritos de 'Serbia, Serbia' resonaban ya en todo el Ariake Tenis Center, donde Nole caminaba con paso firme hacia su victoria número 23 consecutiva. Rutina ganadora que dejó paso, otra vez, al silencio. De repente, ni gritos ni alegría. El luto en una grada balcánica que no se podía creer lo que estaba viendo. El hundimiento de su ídolo. Un socavón gigante que le llevó a encajar ocho juegos seguidos para dejar escapar una victoria que parecía hecha. Adiós al sueño del oro, que tendrá que esperar tres años, hasta París 2024. Le queda el consuelo del bronce, que peleará este sábado ante Carreño (8.00 horas), al que tampoco le salió nada ante Khachanov.

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Estaba desencajado el rostro de Djokovic nada más terminar. Pululaba ya hace tiempo el serbio por la pista y no terminaba de encontrar el camino hacia la red. Hacía tiempo que no lo tomaba para dar la enhorabuena al rival. Siempre eran los otros los que le felicitaban a él. Así había sido en sus últimos 22 encuentros. Rafa Nadal, en Roma, había sido el último en derrotarle hace casi tres meses. Ayer fue Zverev, llamado a ocupar su trono en los próximos años, el que supo reaccionar para llevarse la victoria de su vida y ganarse un sitio en la final olímpica de mañana. «Lo siento por Novak, pero él ya ha ganado 20 Grand Slam, 550 Masters 1.000 o los que sean... No puedes tener todo», bromeaba el alemán, brillante tras haber ido 6-1 y 3-2 abajo con break en contra.

Nadie lo esperaba

Su reacción llegó cuando nadie la esperaba. Ni siquiera él. Del 2-3 se pasó al 6-3 y luego al 4-0. Una losa que ya no pudo levantar Djokovic, que volvería a caer por la tarde en el dobles mixto. Jornada nefasta para el número uno, que un solo día perdió casi tantos partidos como lo había hecho en todo el año (3).

La derrota deja tocado al número uno, que había preparado toda su temporada para estar a tope en estos Juegos. El oro olímpico es el único trofeo que aún no tiene en su palmarés, algo de lo que sí presumen Nadal y Federer (el suizo en dobles, no en individual). En el de Djokovic solo figura el bronce de Pekín 2008, que queda ya muy lejos.

Entonces, le supo a gloria, pero esta vez parece un premio menor para él después del dominio que venía ejerciendo en el circuito. Tendrá que esperar hasta París 2024 para alcanzar ese pleno de alegrías y no será fácil, pues llegará allí con 37 años y con la nueva hornada de tenistas mucho más asentada.

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La frustración de Djokovic es ahora la esperanza de Pablo Carreño, el otro eliminado de la jornada de ayer en Tokio. El español jugó ante Khachanov su peor partido del torneo y no tuvo nunca opciones de alcanzar la final (6-3 y 6-3).

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