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Las polémicas en los Juegos Olímpicos de París llevan días centradas en un deporte concreto: el boxeo femenino. La luchadora argelina Imane Khelif y la taiwanesa Lin Yu-Ting han sembrado dudas sobre su género y la superioridad respecto a sus competidoras.
En el último combate de la taiwanesa, los cuartos de final de la categoría de menos de 57 kilogramos, su rival realizó un gesto reivindicativo tras caer derrotada. La búlgara Svetlana Staneva se señaló a ella misma y levantó los brazos para hacer dos veces el gesto de la 'X' con sus dedos. El ademán tiene un significado claro en referencia a sus cromosomas XX o femeninos.
Lin Yu-Ting defeated Bulgaria’s Svetlana Staneva.
— GeoTechWar (@geotechwar) August 4, 2024
Svetlana Staneva made an ‘X’ sign to signal XX female chromosomes.#LinYuTing #SvetlanaStaneva #Paris2024 #Olympics2024Paris #Lin_Yu_Ting #Svetlana_Staneva #Paris_2024 #Olympics_2024_Paris pic.twitter.com/fxROsl5GsG
La controversia viene de lejos ya que la Asociación Internacional de Boxeo (IBA por sus siglas en inglés) acusó a Lin Yu-Ting de ser un hombre tras no superar las pruebas de género en el Mundial de India el año pasado. Por su parte, el COI sí la autorizó a pelear en los Juegos. Tras el combate, la taiwanesa declaró que ha recibido mucho apoyo de su país y de la gente de París: «Los agradezco, pero no he podido leerlos porque he cerrado mis redes sociales», dijo.
El caso más mediático de estas semanas ha sido sin duda el de la púgil magrebí Imane Khelif. La boxeadora argelina se aseguró el pasado viernes una medalla tras derrotar a la húngara Anna Luca Hamori. El combate no fue tan rápido como el que desató la polémica -la italiana Carini se retiró a los 40 segundos- pero sí hubo de nuevo una superioridad evidente. «Me dolía muchísimo -dijo-; nunca me habían pegado tan fuerte», denunció la italiana tras la pelea.
Su caso saltó a los medios cuando en marzo de 2023, la IBA resolvió que ni ella ni la taiwanesa Lin habían pasado los test bioquímicos y que, por lo tanto, no cumplían los requisitos para participar en competiciones femeninas.
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Pío García
La IBA, que no organiza el torneo de París, sigue manifestando que ninguna de ellas debería competir contra mujeres porque hay en su sangre un número excesivo de hormonas sexuales masculinas. Se trataría, por lo tanto, de un caso de intersexualidad o de hiperandrogenia. El presidente del COI, Thomas Bach, replicó este sábado: «Son mujeres. Han sido criadas como mujeres. Su pasaporte dice que son mujeres. No hay ninguna duda de que son mujeres».
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