Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Marco G. Vidart
Viernes, 2 de agosto 2024, 13:53
La primera medalla de oro para España en los Juegos de París 2024 ha tenido que venir del deporte que más alegrías le ha dado en unos Juegos Olímpicos. El cántabro Diego Botín y el catalán Florian Trittel se han hecho con el oro en ... la clase 49er. Y lo han hecho a lo grande, al imponerse en la medal race, la regata entre los diez mejores barcos. Un triunfo que les permite entrar de lleno en la historia del deporte.
Tras las dos suspensiones de la medal race del jueves, todos los aficionados al mundo de la vela, y como estamos en días olímpicos también los que se interesan por este tipo de deportes cada cuatro años, amanecieron más o menos de la misma forma. Mano al móvil para encontrar cómo estaba la cosa del viento en Marsella. Gesto torcido a primera hora de la mañana. Poco nudo de viento. Uno, tres... A veces, cero. Desde Marsella llegaban malas noticias. Que si hay poquísimo, que si estamos en el bar... La clase 49er tenía como día de reserva también mañana sábado, cuando las condiciones pintaban mucho mejores. A ver si este viernes, tampoco iba a ser la cosa...
A media mañana, las noticias mejoraban. «Yo creo que se va a dar», señalaba desde la sede de la vela de estos Juegos Pablo Turrado, el regatista –pero sobre todo amigo– que acompañó a Diego en el barco en sus primeros años. Tranquilizaba que un experto en vela hiciese tal vaticinio.
Y Turrado acertó. A las 13.13 horas estaban convocados los diez barcos de la clase 49er en el campo de regatas. En el 'calentamiento' de los barcos para aproximarse a la línea de salida ya se veía que el viento estaba más entablado –como se dice en el argot de la vela–. Que soplaba más constante, vamos. Su intensidad, algo más de nueve nudos y de componente suroeste, la dirección de la que ha soplado la mayoría de los días en las regatas de los 'fortys' en Marsella.
Momento delicadísimo
Llegaba el momento delicadísimo. La salida. Los barcos tienen que hacer un juego constante para aproximarse y alejarse de la línea de salida que marcan los barcos de los jueces porque no hay pedal de freno para dejarle 'clavao'. Bocinazo de salida y los fortys que salen al galope. Menos uno que la había pifiado. Los irlandeses Robert Dickson y Sean Waddilove tuvieron que repetirla porque se habían adelantado. Y eso no es que fuese bueno. Era muy bueno para Diego y Florian. Los de la isla verde eran segundos en la clasificación. De inicio, uno menos del que preocuparse.
Si con eso la cosa pintaba bien, tras los primeros metros lucía mucho, pero que mucho mejor. El 'ESP' abría gas y enseñaba la popa a todos. Si antes de la regata la cuenta más fácil era que siendo terceros no había que preocuparse de nadie, pues siendo primeros menos todavía.
Quizá suene a pretencioso, pero la medal race tuvo bastante poca emoción. De nada sirvió la poca diferencia que tenían los españoles –cinco puntos sobre los irlandeses, seis sobre los neozelandeses McHardie y McKenzie– para que la regata estuviese un poco más emocionante. El barco español pasaba holgado por la primera marca, también por la segunda... Los kiwis, ante el desastre de los irlandeses, marcaban de cerca a Diego y Florian porque con ello aseguraban la plata. Porque el oro estaba casi imposible. Con los irlandeses fuera de combate. McHardie y McKenzie tenían que ganar la regata y Diego y Florian quedar quintos o peor. Y tal y como pintaba el asunto, parecía misión imposible.
Los españoles, protagonistas
Camino del tercer giro, llegó la mínima variación en la regata. Los neerlandeses Lambriex y Van de Werken, gallos en la clase en estos últimos tiempos pero sin opciones de rascar podio en estos Juegos, se pusieron por delante. Pero fueron apenas unos pocos metros. Ayer, en aguas de Marsella, el protagonismo era del barco español.
Diego y Florian recobraron al punto la primera plaza. Y por la última marca, giraron con buena diferencia sobre los neerlandeses. Florian Trittel izó el spinnaker, esa vela de colores que en los Juegos es una enorme bandera de España. Y el forty con las letras ESP empezó a volar hacia la última marca, que derivaba en una pequeña 'recta' hacia los dos barcos que conformaban la línea de meta. Ahí los corazones de los aficionados cántabros se aceleraron para correr tanto como ese potro salvaje del mar con velas. Que sí, que Diego y Florian van a ser campeones olímpicos.
Y el 'forty' español cruzó la meta. Diego Botín y Florian Trittel eran campeones olímpicos. 'Flo' cogió a su amigo, lo abrazó y ambos se fueron, como mandan los cánones de la vela, al agua. A media tarde a las cinco y media, llegaba el momento más esperado. En lo más alto del podio Diego y Florian recibieron sus medallas de oro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.