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Este lunes los asistentes al Stade de France de París volvieron a vivir una auténtica proeza con la firma del sueco Armand Duplantis. El prodigio del atletismo no tuvo suficiente con ganar el oro olímpico, sino que buscó el salto con pértiga perfecto y lo consiguió: superó los 6,25 metros en salto y 80.000 aficionados cayeron rendidos a sus pies. Y ahí, en la inmensidad de un estadio olímpico, justo cuando Duplantis iba a tocar la campana en honor a los campeones olímpicos, apareció de fondo un aficionado del Athletic luciendo una ikurriña. Una foto para la posteridad de la bandera de Euskadi mezclada con cientos de banderas suecas en honor al campeón.
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La hazaña de Duplantis, de 24 años, es complicada de medir ya que es un atleta que pasará a la historia como uno de los mejores pertiguistas que se han visto en unos Juegos. Anoche ganó el oro olímpico con cuatro saltos, batió el récord olímpico con cinco y se llevó una plusmarca mundial tras ocho saltos.
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