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Carolina Marín no está sola en el largo camino que acaba de emprender para recuperarse de su grave lesión de ligamento cruzado de su rodilla derecha. Conoce de sobra la ruta hacia la recuperación. Es una cima que ya ha hollado en otras dos ocasiones. Y volverá a hacerlo con el aliento de todo el mundo del deporte. También el de los medios de comunicación. Uno de ellos ya le ha dado el primer empujón. La propia volantista onubense ha agradecido a 'Relevo', medio deportivo digital del Grupo Vocento, una preciosa ilustración en la que la animaba en esos primeros pasos hacia su vuelta.
En la viñeta de Marrazketabar, nombre artística tras el que se encuentra el dibujante vasco Mikel Soro, aparece Marín de espaldas junto a una loba, un guiño a ese mantra de «esa loba que muerde» que Marín utilizaba en París como motivación para alcanzar el oro en bádminton. «Vamos, conocemos el camino», dice la volantista al animal, al que le acaricia el lomo. Equipada con la indumentaria de España y raqueta en mano, al fondo se ve una montaña rodeada de niebla a cuya blanca cima todavía no alcanza la vista. A ambos lados del camino, un montón de aficionados las arropan.
«Gracias Marrazketabar y Relevo por reflejar cómo me siento ahora mismo. Necesito paz y tranquilidad conmigo misma. Y esa loba me acompañará en este camino para darme fuerzas y levantarme cuando piense que no puedo más», ha agradecido Marín en sus redes sociales. La deportista española confiesa que «no me traje la medalla de oro con la que soñaba desde que me lesioné antes de Tokio», aunque asegura que «entre todos me estáis dando la medalla más grande de mi vida en forma de cariño y apoyo».
Gracias @marrazketabar y @relevo por reflejar cómo me siento ahora mismo.
— Carolina Marín (@CarolinaMarin) August 16, 2024
Necesito paz y tranquilidad conmigo misma. Y esa loba me acompañará en este camino para darme fuerzas y levantarme cuando piense que no puedo más.
No me traje la medalla de oro con la que soñaba ⬇️ pic.twitter.com/dEkR83tQay
La onubense termina su publicación con un mensaje de optimismo: «Gracias de corazón a todos. Empiezo un camino de nuevo, que ya conozco... #PuedoPorquePiensoQuePuedo». Es un hilo de esperanza que desenreda la propia Marín tras poner en duda su regreso a la competición hace unos días. «Estoy con el alma rota. Necesitaré mucho tiempo, más de lo que he necesitado para recuperarme de lesiones previas. Ha sido la peor vez que me he destrozado la rodilla. No sé si volveré a jugar, si volveré a coger una raqueta de bádminton o si volveré a disputar unos Juegos Olímpicos. Ahora mismo, es lo que menos pienso; lo que más piensa mi cuerpo y mi mente es encontrar paz y tranquilidad conmigo misma», aseguraba tras una exitosa operación.
Marín, oro en Río 2016, se lesionó en las semifinales de los Juegos Olímpicos de París cuando acariciaba asegurar medalla. Estaba dando un recital tras haber ganado el primer set por 21-14 a la china He Bing Jiao en la semifinal. En la segunda manga, el resultado parecía encaminado a una victoria rápida, con 10-5 a favor de la andaluza, cuando en uno de sus frenéticos movimientos apoyó mal la rodilla derecha y cayó al suelo dolorida, consciente de la gravedad de la lesión. Trató de continuar con una rodillera, pero fue incapaz. Entre lágrimas, tuvo que retirarse y renunciar a la lucha por el metal. Ahora, emprende ese camino que tan bien conoce.
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