Se reanuda la primera jornada en el LIV de Greenbrier tras la tormenta eléctrica: Rahm se juega el campeonato

Jon Rahm había iniciado a la perfección su concurso en el LIV de Greenbrier, con birdie al 1 y otra buena opción en el segundo hoyo, cuando sonó la bocina de suspensión. Una tormenta eléctrica cubría el cielo de este rincón de Virginia Occidental, donde no ha dejado de llover en todo el día. Lo ha hecho con tanta fuerza que la imagen que ilustra esta noticia habla por sí sola. Uno de los greenes está totalmente inundado. A las 21 horas, unos 90 minutos después de la suspensión, el juego se ha reanudado.

En ese momento, el vizcaíno marchaba colíder del torneo junto a un buen puñado de jugadores. Doce más le acompañaban con un -1, entre ellos Sergio García y su compañero en la Legión XIII, Tyrrel Hatton. Los otros españoles en liza, David Puig y Eugenio López-Chacarra, han comenzado al par sus primeros hoyos.

Tras la decepción vivida en París, donde perdió el oro y hasta la medalla cuando estaba cantada, Rahm debe resetear otra vez para sacar lo mejor de su juego y no bajarse de la carrera por el título final de la temporada LIV. Es segundo en la clasificación (165,17 puntos) por detrás del chileno Joaquín Niemann (189,40), que tendrá la primera bola de partido para sentenciar la liga. Cada victoria supone 40 puntos. Si el sudamericano sale campeón de Greenbrier y el de Barrika es tercero o peor, el título será suyo. Solo queda el torneo de Chicago (del 13 al 15 de septiembre) y el final, que solo se disputa por equipos en Dallas, una semana después.

Rahm puede salir líder de Greenbrier. ¿Qué tiene que ocurrir? Ganar o, como mínimo, ser segundo. Si se lleva el título, llegaría en primer lugar a Chicago si Niemann finaliza sexto o peor. Si se lleva el subcampeonato, el chileno debería ser máximo decimocuarto. Sergio García, cuarto clasificado ahora mismo en la clasificación y triunfador en Valderrama, también tiene opciones. Necesitaría ganar un torneo, quedar segundo en solitario en el otro y que Niemann, Rahm o Hatton (tercero) no ganen. Muy difícil, pero no imposible.

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