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Ni rastro de sus últimas actuaciones, en las que no pudo pasar el corte. Llega al tercer 'Major' del año con la mente limpia, sin hacer «nada especial» durante sus semanas de descanso entre el tropiezo en el Colonial y su desembarco con honores en ... el USOpen. La USGA, patronal de campos y clubes estadounidenses que organiza el sarao, le incluye en la nómina de jugadores destacados que pasan por sala de prensa. Pero antes acepta atender a sus contados paisanos junto al telón de fondo de ensueño de la playa de Pebble Beach y el arenal posterior de Carmel-by-the-Sea, que se prolonga a los pies del green del hoyo 9.
Reconoce sentirse «con ganas de jugar, muy contento de estar aquí, con este tiempo y un campo así. Como idea de un USOpen, mejor no puede ser». Le tranquiliza lo que ha visto desde que lo pisó el lunes. El indisimulado deseo organizativo de convertir el USOpen en un torneo casi imposible no irá por ese camino, si el viento lo tiene a bien. Los roughs no son la morada de Tarzán y los greens, aunque duros, son receptivos con las bolas bien calibradas. «Sí, lo bonito de un torneo como este es que el rough esté jugable, no que le des con un hierro 4 y la muevas diez metros. Aquí lo difícil son los greens. Son tan pequeños que si fallas por un poco te puedes complicar mucho la vida. Este campo, visualmente, te da una falsa sensación. Y los segundos golpes son tan difíciles que si te pones en la zona mala de bandera lo pasarás muy mal».
Ha jugado cuatro vueltas competitivas a este Pebble Beach Golf Links con un balance de -11 que no es ahora extrapolable porque el hoyo 2 pasa de par 5 a par 4 y en él había sumado dos birdies en esa cuenta. «He jugado bien, pero en enero se juega mucho más como jugamos en el norte. Pegas driver lo fuerte que puedas, la dejas por ahí clavada, la coges, dropas, la pegas a green, los greens son mucho más lentos, algunas calles son el doble de anchas. Parece visualmente el mismo pero se juega diferente. En el 6 no pego hierro desde el tee y ahora es una opción», explica.
Para los amantes del golf y de los juegos, Pebble Beach es un clásico, tanto como el cercano circuito de Laguna Seca para los 'gamers' que tratan de emular a Valentino y Márquez en sus locuras en el 'sacacorchos'. «Recuerdo creo que todos los golpes que he visto de Tiger en este campo. Hay en YouTube un vídeo de veinte minutos de la vuelta final y lo he visto cien veces». Se refiere a la traca final de Tiger Woods para adjudicarse aquí el USOpen en 2000. «He visto muchos vídeos de campeones anteriores, he jugado muchísimo en la Play y gracias a Dios he podido jugar el torneo aquí dos veces. He jugado bastante alrededor, pero no se puede comparar lo que juegas en junio a cómo está el campo en enero», repite.
Está dejando las bolas muy favorables en los approachs, pega largo, su swing fluye. Y sueña. «Está ganar el Masters, un The Open en Saint Andrews y el USOpen en Pebble Beach. Es una parte tan histórica del golf y este año con el centenario del campo...». Y sale a relucir el debate, la búsqueda de una explicación para que ningún español le haya clavado el colmillo al Abierto americano. «En España no jugamos nada así. En vez de rough hay árboles. No estamos acostumbrados a tener que jugar un golf perfecto, sobre todo los que somos del norte, con el mal tiempo, que te hacen ir a salvar, mucho más de British, Masters. El USOpen es algo más mental que otra cosa. Nicklaus dijo que esta semana separa a los hombres de los niños y es la verdad».
Y en plena resaca de Nadal en Roland Garros, mostró su admiración por el de Manacor. «Me considero mentalmente fuerte, pero Rafa es único. La presión que debe tener cada año, aunque sepa que es el mejor en tierra batida y cada año esperan que gane. Es increíble cómo sus oponentes parece que acaban desquiciados. En golf juegas contra ti y contra todos y en tenis depende mucho de tu rival. En tenis si tienes un mal día no puedes recuperar al siguiente, en golf sí, a no ser que falles el corte. Las cabezas de Tiger, Michael Jordan o Rafa..., si algún día llegara a eso sería increíble».
. Cogió el toro por los cuernos, clasificándose en suelo británico con una maniobra que le resultó exitosa. Un torneo de criba a día único y 36 hoyos en campos distintos. Para el primer recorrido fue acompañado en la bolsa por Garrido, su nuevo mentor, mientras su caddie veía y recorría el segundo campo que le aguardaba por la tarde. Llegado el momento, recuperó su bolsa y con las anotaciones realizadas in situ llevó a su jefe en volandas. Se trata de Adri Arnau, coetaneo de Jon Rahm, que se convierte en el jugador español número 14 que disputará el USOpen. La nómina en cuanto a la totalidad de 'Grandes' se eleva ya a 65.
En un aparte con TenGolf, el catalán habla de su preparación. «No es la misma que la de cualquier otro torneo. Para mí era muy importante venir más días antes de lo normal a Pebble Beach, no sólo por el jet-lag, sino también para adaptarme a todas las cosas nuevas. No deja de ser mi primer 'Grande', así que hay que ir asimilándolo todo, con su proceso, y poder analizar bien el campo con calma».
Reconoce que la pasada semana no hizo nada fuera de su rutina. «Descansé tres días, con amigos, todo tranquilo, y un día y medio de golf, entrenando bien en casa, en El Prat. Y luego nos vinimos para San Francisco». El jet-lag le ha hecho ir racionando su encuentro con el campo, que ya ha pisado en tres ocasiones. «Está preparado de alto nivel. Hay que estar fino con todo para poder restarle y tener buenas opciones. «Hemos encontrado lo normal de un US Open, rough alto, creo que está considerablemente alto, pero dentro de lo que cabe, creo que la puedo poner a la entrada de green la mayoría de las veces, que es lo que queremos cuando la sacamos de posición. Va a ser importante hacer esos up&down para par. Pero creo que pegándole fuerte y con un buen hachazo al rough se puede acercar bastante a green», desea en voz alta.
Hace 94 años, el 3 de junio de 1925, Ángel de la Torre abrió la veda del Abierto americano para el golf español. Lo hizo en el Worcester Country Club. Desde entonces, sólo doce españoles más se han asomado a este evento al menos una vez.
La lista completa la componen Ángel de la Torre (1925), Seve Ballesteros (1978), José María Olazábal (1987), Miguel Ángel Jiménez (1995), Nacho Garrido (1998), Sergio García (2000), Pablo Martín Benavides (2007), Gonzalo Fernández Castaño (2009), Álvaro Quirós (2009), José Manuel Lara (2009), Rafa Cabrera Bello (2010), Pablo Larrazábal (2014) y Jon Rahm (2016).
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