Rahm da una lección de entereza en Tulsa

Su más dos en la clasificación general le deja muy lejos de los puestos cabeceros -al cierre de esta edición el líder era Will Zalatoris Thomas con menos nueve-, pero si su progresión se mantiene hoy y mañana sería una temeridad eliminarle de las apuestas para estar arriba. El de Barrika tendría que completar dos grandes rondas y que los de arriba fallaran. Ayer, sin ir más lejos, sufrieron de lo lindo sus compañeros en el partido estelar. Collin Morikawa acabó el día con más cuatro en el cómputo global y Scottie Scheffler, con más seis. A expensas de lo que sucediera en el turno de tarde, el número uno del mundo estaba contra las cuerdas y no tenía el corte asegurado. Sí lo consiguió Tiger Woods.

Cuando a las tres y diez de la tarde -siete horas menos en Oklahoma- los tres mejores profesionales del ránking mundial se reunieron en el tee del 10, el constante movimiento de las ramas de los árboles y el ondear brusco de las banderas ya anunciaba lo que se iban a encontrar en el campo. El calor, asfixiante la víspera, dio un respiro a los golfistas, pero eolo había venido para quedarse. Tocaba adaptarse a esta cambiante situación y Rahm, concentrado al máximo, lo hizo desde el golpe inicial. No quería el último ganador del Abierto de Estados Unidos que el recorrido se convirtiese en una montaña rusa. Necesitaba coger una vía recta y estable, y la encontró.

Con la brújula enderezada, el vizcaíno situó casi siempre la bola en calle y tuvo oportunidad de buscar las banderas con ambición. El primer birdie tardó en llegar después de que Rahm tuviese dos excelentes opciones en los hoyos 11 y 13. Fue en el 17, uno de los que se le atragantó la víspera tras caer en un arroyo que lo protege por la derecha. Magistral lo que hizo poco después en el 1. Salida estratosférica y approach de lujo que dejó la bola dada. El rugir de los aficionados se escuchó desde Tulsa. Lástima el posterior bogey en el 2, aunque lo compensó en el 5. El hoyo que se le volvió a revolver fue el 8.

A Rahm se le veía contento tras completar el recorrido. «He acabado bajo par», subrayó ante los periodistas españoles destacados en Southern Hill. El de Barrika dijo haber notado el «toque» con el putter y que esa buena sensación resultó fundamental a la hora de lustrar su tarjeta. Tuvo algunos tiros comprometidos en los greenes, con distancias de entre metro y medio y dos metros, y consiguió solventarlos. Como el del último hoyo, el 9, el que le permitió ganarle al campo.

Excelente también el rendimiento de Adri Arnaus con un menos dos que le deja al par del campo. Falló Sergio García, que se despidió del torneo. También dijo adiós Pablo Larrazábal.

69golpes necesitó Jon Rahm para completar el recorrido de Southern Hills. El jugador de Barrika volvió a compartir el partido estelar de la jornada con los estadounidenses Scottie Scheffler y Collin Morikawa. Los mejores del ranking mundial cara a cara en Tulsa.