
Rahm juega menos antes del Masters
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Al igual que en 2024, el vizcaíno llegará con muy pocas horas de vuelo respecto al resto de favoritos a vestir la chaqueta verde en AugustaLo primero que se le dice a quien se inicia en la práctica del golf es que conlleva constancia. Tiempo para corregir posiciones, adquirir ciertos automatismos y acostumbrarse a pegarle al aire cada dos por tres. En el mundo profesional se puede traducir en horas de competición, siempre con un límite, se entiende. La parte crucial de la temporada está a la vuelta de la esquina con la celebración del primer grande, el Masters. Con su nueva rutina desde el desembarco el pasado curso en el LIV, Jon Rahm prepara la cita Augusta, donde entre sus azaleas y magnolias se impuso en 2023, con muchas menos horas de vuelo que en los años anteriores.
Casualidad o causalidad, el resultado de la pasada edición del 'león de Barrika' (puesto 45) fue el peor de su historia en el rincón dorado del estado de Georgia. Rahm habrá tomado nota de cara a sus entrenamientos, pero en el campo ha competido de forma similar en cuanto a tiempo se refiere: 270 frente a 306 hoyos cuando complete el LIV de Miami, que se disputa del 4 al 6 de abril en la semana previa al Masters. Hace nada compitió en Singapur, donde este fin de semana se juega un torneo del DP World Tour al que, por cierto, se ha apuntado su compañero en la Legión XIII Tom McKibbin.
«Quiero ganar con la misma intensidad que antes de pasarme al LIV», declaró hace un año en la rueda de prensa previa al inicio del torneo de los elegidos. Después, en mayo, atendió a EL CORREO antes de afrontar el PGA Championship, donde rompió una racha de 18 majors consecutivos superando el corte. Aprovechó la conversación para dar la cara por la liga en la que compite desde el año pasado. «Es competitiva, dura, somos menos jugadores, sí, pero no es fácil ganar. Que me digan que no es para tanto me fastidia», lanzó.
A la defensa de la chaqueta verde llegó Rahm con cinco torneos disputados de la liga saudí, todos ellos a tres jornadas. Es decir, que acudió a Augusta con 15 rondas y un total de 270 hoyos completados. En su primera campaña como profesional a todos los efectos, 2017, fue el doble: 540 hoyos. El de Barrika disputó el Masters después de comparecer en siete torneos. En seis de ellos superó el corte (24 rondas) y el otro fue el viejo WGC que se jugaba en formato 'match play', cara a cara y con eliminatorias. Tras 108 hoyos, equivalente a seis vueltas, llegó a la final, en la que sucumbió ante Dustin Johnson. Tenía 22 años. Antes había ganado el Farmers, título que le permitió irrumpir con fuerza en el Top-100 mundial y presentarse en sociedad como el campeón que es. En su primera aparición por Augusta fue el vigesimoséptimo clasificado en una edición que coronó a Sergio García.
Mismo número de certámenes completó Rahm un año después, ya entre los cinco mejores del planeta. Volvió a superar el corte en las seis citas a las que acudió sin contar un WGC del que se despidió en la fase de grupos. Un total de 483 hoyos correspondientes a algo más de 26 vueltas. También volvió a ganar un trofeo, el Careerbuilder Challenge. Y en el Masters que se llevó Patrick Reed confirmó su fantástico momento con un cuarto puesto, su segundo mejor resultado de siempre.
2019 fue el año en el que más horas compitió el vasco antes del primer grande del calendario. Fueron 621 hoyos procedentes de 32 rondas –ocho torneos disputados al completo– más la fase de grupos del WGC. De haber avanzado en este su techo habría sido más alto todavía. No añadió ningún entorchado en esos primeros meses del año y su mejor registro fue un quinto puesto en el Farmers. En aquel Masters que vistió de verde a Tiger Woods por quinta y última vez, el de Barrika fue noveno. La temporada 2020 hay que cogerla con pinzas porque la pandemia obligó a aplazar la cita de Augusta –el vizcaíno fue séptimo, con el triunfo de Dustin Johnson– a finales de año, así que no se puede tener en cuenta la preparación puesto que en marzo el golf, el deporte, se paró al completo.
Así que nos plantamos en 2021, el año en el que Rahm consiguió levantar su primer major, el US Open, con aquella exhibición en su campo fetiche de Torrey Pines. En el Masters había avisado de sus intenciones con un buen quinto puesto (ganó Hideki Matsuyama) tras una preparación similar a la de 2018, con 519 hoyos procedentes de seis torneos con 24 rondas y un WGC donde alcanzó los cuartos de final.
Sin fallar un solo corte
Rahm volvió a aumentar su hoja de ruta en 2022, año en el que, por cierto, no falló un solo corte. Antes del Masters fue segundo en el Sentry, tercero en el Farmers y cayó en octavos en el formato match play para un total de 551 hoyos. En Augusta, donde Scottie Scheffler se impuso antes de repetir el curso pasado, tropezó y fue el vigesimoséptimo, como el año de su debut.
Una temporada después todo salió a la perfección. Jugó casi lo mismo (496 hoyos, pudieron ser un puñado más si llega a superar la primera fase del WGC) y conquistó el Sentry, el American Express y el Genesis antes de conseguir también la chaqueta verde que ansía volver a vestir.
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