Rahm hace balance a una temporada de altibajos: «La pega han sido los grandes»

El sexto puesto de Jon Rahm en el Andalucía Masters será salvo sorpresa su último resultado de un convulso año. Tiene derecho a competir en un torneo más, las finales del circuito europeo que se celebran del 14 al 17 de noviembre en Dubái, pero sus remotas opciones de triunfo –solo ha jugado tres torneos en el DP World Tour– son un motivo a tener en cuenta para su ausencia. ¿Hasta cuándo? Posiblemente hasta mediados de enero, cuando se celebre el Hero Dubai Desert Classic. De esta forma, al bajarse el telón de la temporada, llega la hora de hacer balance.

Para empezar a analizar el rendimiento de Rahm hay que remontarse a diciembre. Dos semanas después de finalizar quinto las finales del circuito europeo, el vizcaíno anunció su fichaje por el LIV. Las consecuencias deportivas eran claras: expulsión del PGA Tour y suspensión del DP World Tour, esta última ahora en los tribunales, que le han concedido una cautelar para que pueda jugar torneos como el reciente de Sotogrande. El 'León de Barrika' no solo se lanzó a la piscina para firmar uno de los mayores contratos de la historia del deporte sino que dio el paso porque tenía garantizado su concurso en los cuatro 'majors': puede jugar en Augusta de por vida y el US Open hasta 2031 –cuando se cumplan diez años de su conquista–, mientras que el PGA Championship y el Abierto Británico los puede disputar hasta 2026 mientras se llega a un acuerdo con el LIV. Mientras tanto sigue su descenso en el ranking mundial: su nueva rutina no concede puntos. Era tercero, ahora decimocuarto.

Las cuestiones extradeportivas han marcado el rumbo de Rahm. En cada aparición pública se ha visto obligado a contestar preguntas acerca del esperado acuerdo entre americanos y saudíes, ahora mismo en 'stand by' aunque con visos de prosperar. En este agitado contexto se ha movido el doble ganador de grandes tras una decisión que levantó ampollas entre aquellos compañeros de profesión que permanecen fieles al golf tradicional.

Afrontó el Masters con apenas cinco torneos disputados del LIV, todos ellos sin cortes y en tres jornadas. Quien se enfundara en 2023 la chaqueta verde nunca había jugado menos para preparar un 'major'. Y sufrió hasta el último momento para pasar el corte en el templo del golf de Georgia, cota que no superó en la siguiente gran cita, el PGA Championship. «Es la primera vez que me pasa venir jugando bien y que no salgan las cosas», lamentó el vizcaíno a EL CORREO en Kentucky. Entre medias encadenó siete torneos del LIV entre los diez primeros, pero en ninguno de ellos pudo pelear por el triunfo.

Su continuidad en el circuito saudí ha sido la parte positiva del año. Se impuso en dos de las últimas citas de Reino Unido y Chicago, esta última para rebasar a Niemann en la general y ganar la liga. Pero para un campeón voraz como él en la balanza pesan más el sabor amargo que le dejaron las grandes citas. No pudo jugar por lesión el US Open y se entonó en el Abierto Británico con un séptimo puesto en Royal Troon que, unido a su primer título en el LIV, invitaba a soñar por el oro en París. Pero todo se fue al traste el último día. «Me va a costar tiempo sobreponerme a lo de hoy», valoró dolido por haberse ido sin oro y sin medalla.

Finalizado el LIV afrontó una minigira europea fundamental para su futuro concurso en la Ryder Cup. Para estar el próximo año en Nueva York debía disputar, además de los Juegos, tres torneos más del circuito europeo. Recurrió la sanción y se apuntó al Open de España de Madrid, al Alfred Dunhill de Escocia y al Andalucía Masters. Solo en el primero fue capaz de luchar por la victoria, pero perdió en el desempate con un sorprendente Ángel Hidalgo. Desde su última aparición en Cádiz valoró así su año: «Creo que ha sido bueno, con dos victorias y la general del LIV. La pega han sido los grandes», reconoció un jugador que quiere dar un golpe sobre la mesa en 2025.

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