Rahm apuesta por su juego más sólido para luchar por el título en Las Vegas

Tocaba afinar la puntería en el tapiz y corregir salidas defectuosas en la segunda jornada de Jon Rahm en Las Vegas. El campeón de Augusta, situado en la vigésima segunda posición con -2, compartía partido, con salida en el hoyo 6, con el joven madrileño de 22 años Eugenio López-Chacarra, vencedor el año pasado del LIV Golf Invitational Bangkok el año pasado, y el japonés Jinichiro Kozuna. La diferencia de cinco golpes con los líderes de la primera ronda, Paul Casey y Harold Varner III (ambos con -7), a falta de sólo 36 hoyos para concluir el torneo obligaba jugar con determinación y subir las apuestas en la ciudad del juego.

Al vizcaíno no le acompañó la suerte en varias momentos durante el recorrido del jueves. Muchas bolas rozaron el agujero. Eso sí, Rahm dejó tres golpes de geómetra en los greenes que invitaban a que se recuperaría en días posteriores y que el acierto llegaría en muchas más banderas. Brilló unas veces y otras no atinó con el putt, pero aún era posible acercarse a la cabeza de la clasificación y añadir puntos a su equipo, Legión XIII, colocado quinto en la tabla, a siete impactos de los primeros cuartetos.

Pero la tónica del jueves continuó en ese hoyo 6 de inicio, en el que, una vez más, la bola no entró por menos de un palmo. Fue sólo un pequeño accidente porque en la siguiente bandera llegó el primer birdie del día, gracias a una salida al centro de la calle que prosiguió con un tercer tiro desde unos cuatro metros, con curva a la izquierda, para embocar. La racha se mantuvo en el hoyo 8 (par 3), donde alcanzó el anillo del green desde el tee y acertó con un putt largo. Segundo birdie.

El tercero no se contabilizó por milímetros, después de que el Barrika arriesgara desde el rough con un gran segundo golpe en el hoyo 10. Tampoco se consiguió en el siguiente tramo porque Rahm erró un tercer disparo al no tan complicado, ni en el 12 (par 3) a pesar que la bola trazó una trayectoria ganadora.

Sí obtuvo premio en el 13 (tercer birdie del día) y solo le faltó una pizca de fuerza, un soplo, para embocar en el 14. Así y todo, Bryson DeChambeau, Peter Uihlein y Thomas Pieters, los tres con menos -7, comandaban entonces la clasificación y Rahm los tenía atan sólo dos golpes. Esa distancia prosiguió poco después con DeChambeau a pesar de que Rahm aprovechó el primer par 5 de la ronda para apuntarse otro éxito, el quinto, jugando con absoluta ambición.

Poco después, en el 17, reapareció la maldición del último disparo que le persigue al vizcaíno en Las Vegas. Hasta él mismo se sorprendió que su bola se desviase de su curso hacia el agujero y le privara de otro birdie. Pero la tarjeta volvió a brillar pronto al conseguir un nuevo birdie en el hoyo 1, el último par 5 de la jornada. En la siguiente estación se repitió la costumbre de un tiro tangente al hueco para finalizar en par, pero el número tres mundial sí acertó en el 2 para sellar el sexto birdie del recorrido. Aunque no lograba un sobresaliente en las distancias cortas, su transición de tee a green, sin ningún error, estaban siendo una garantía de fiabilidad para escalar en la clasificación.

Pura magia

Aún quedaba lo mejor. Aterrizó Rahm en el rough con su segundo golpe y lejos de la bandera del hoyo 4, lo que suponía conformarse con sacar el par. Pero entonces la suerte que se le había negado durante tantos hoyos sí le sonrió al vizcaíno, que embocó directamente desde la hierba alta para delirio del público y tomar posiciones en la lucha por el primer puesto del torneo. Hoy habrá espectáculo de alta calidad en las Vegas.

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