Rahm afronta el más difícil todavía en el PGA
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El vizcaíno inicia este jueves en Oak Hill su asalto al tercer Grande de su carrera, inédito en el palmarés del golf españolDesafío ·
El vizcaíno inicia este jueves en Oak Hill su asalto al tercer Grande de su carrera, inédito en el palmarés del golf españolJon Rahm se crece ante los desafíos y el que afronta desde este jueves en el Oak Hill Country Club es mayúsculo. Ningún español ha ganado el PGA Championship y hay que remontarse a 2015 para encontrar al último jugador, Jordan Spieth, que fue capaz ... de enlazar sendas victorias en los dos primeros 'Majors' de la temporada. El vizcaíno comparte mesa con los más grandes desde que se encumbró en el US Open de 2021, en Torrey Pines, y desde que maravilló al mundo con su exhibición la pasada Semana Santa en Augusta para enfundarse la chaqueta verde. Sumar un nuevo éxito en este histórico campo cercano a la frontera con Canadá consagraría la idea ya muy extendida entre los expertos y los aficionados de que el número uno del mundo –no hay que olvidar que sólo tiene 28 años– está en disposición de marcar una era en este deporte.
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«Hacer historia me motiva, dejar un legado». El de Barrika es inconformista por naturaleza y escuchándole el martes en su comparecencia antes los medios de comunicación quedó claro que ya ha logrado despejar su mente de los ruidosos ecos del Masters para concentrarse en el segundo torneo del Grand Slam del curso. Sus palabras transmitieron una ambición bien entendida y también filtrada por lo complicado del reto en este bello y también frío paraje del oeste del Estado de Nueva York.
Hay que ser fuerte para abstraerse del ambiente porque las cámaras le enfocan sin descanso, los focos le iluminan en cada hoyo y el público norteamericano, al que sin duda se ha metido en el bolsillo, le reclama sin cesar para firmar autógrafos o fotografiarse con él. La repercusión de su triunfo en Augusta ha sido determinante en este sentido.
Rahm busca el más difícil todavía en tierra no conquistada en un deporte de escasas sonrisas y largas penitencias. Hay un dato demoledor que revela hasta qué punto es difícil vencer en una de las cuatro citas marcadas en rojo en el calendario por todos los profesionales: Rory McIlroy, uno de los principales rivales del vizcaíno, no alza un trofeo en un 'Major' nada menos que desde 2014. El líder del ranking planetario sabe lo que cuesta alcanzar la cima y, sobre todo, sostenerse en ella, pero eso no quita para que se haya presentado en Oak Hill con la firme convicción de que si pudo abrir las puertas del cielo de San Diego en el US Open y las de Georgia en Augusta también puede hacerlo en Rochester. El campo de este PGA es de la máxima exigencia, estrecho en las salidas por sus inmensos robledales y largo, muy largo. A él le ha gustado.
Encadenar reto tras reto no sólo responde a la búsqueda constante de la victoria, sino que es también la vía adecuada para no dejar de crecer. Y esta filosofía para Rahm es innegociable desde que empezó su carrera amateur y después dio el salto a la élite. Su gen competitivo es incuestionable –se ha podido comprobar en los buenos y malos momentos de los torneos más prestigiosos–, pero tiene claro que hay que alimentarlo con la exploración constante de la mejora en las diferentes facetas del juego. Lo explicó muy bien ante la Prensa cuando aludió a una frase célebre del legendario Arnold Palmer que resume su espíritu como deportista: «El camino al éxito está siempre en construcción». El vizcaíno añadió a esta reflexión: «No es un camino lineal y constante de mejora. Hay altibajos». Lo determinante es saber gestionarlos.
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El mejor partido
Rahm dio este miércoles una vuelta de prácticas de nueve hoyos –del 10 al 18– para limar pequeños detalles y examinar nuevas zonas de un recorrido que no da tregua. Le acompañaron Luke Donald y Victor Perez. Lo hicieron en un ambiente gélido como consecuencia de un desplome transitorio de los termómetros. Para este jueves, en lo que será el estreno del vizcaíno en la competición, también se esperan temperaturas bajas.
Disputará el partido más destacado porque estarán con él Cameron Smith, vencedor del último Open Británico, disputado en St. Andrews, y el inglés Matt Fitzpatrick, un jugador portentoso con el putter que tocó el cielo en el Abierto de Estados Unidos de 2022. El de Barrika tiene que ser más número uno que nunca, arrancar con solvencia y poner los cimientos de una conquista que le haría ganarse otro capítulo en la historia.
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