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Vive Jon Rahm un momento de relativa tranquilidad dentro de la vorágine en la que se encuentra desde que en diciembre de 2023 revolucionase el mundo del golf por su astronómico fichaje por LIV, la liga financiada por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí. Su movimiento se tradujo en dos inmediatas decisiones: expulsión del PGA Tour americano y suspensión por parte del DP World Tour, el circuito europeo. Con el primero las negociaciones siguen su lento curso, mientras que el segundo se atiene al pago de una multa como peaje para volver a competir en sus torneos.
En los planes del vizcaíno no entra bajo ningún concepto pasar por ese aro. Pero no se trata de un asunto económico para uno de los deportistas mejores pagados del mundo. El reputado medio estadounidense 'Sports Ilustrated' cifra en alrededor del millón de euros la sanción que debería acometer. Rahm acumula este año solo en ganancias deportivas unos 32 millones, al margen de patrocinios y, sobre todo, de su contrato de cien 'kilos' al año con LIV.
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Dagoberto Escorcia
El de Barrika ha intentado a través de sus abogados llegar a un acuerdo con el circuito europeo, pero no ha sido posible. Incluso, según el citado medio, LIV llegó a ofrecer seis millones al DP World Tour a cambio de la eliminación de unas multas que hace un año afectaron a numerosos golfistas, entre ellos al donostiarra Adrián Otaegui. La propuesta fue rechazada, por lo que Rahm jugó la última carta de su baraja: recurrir la sanción y disponer de la cautelar para seguir compitiendo. Así pudo jugar en el Open de España en Madrid, donde perdió en el desempate con Ángel Hidalgo; y en el Alfred Dunhill Links celebrado en St. Andrews el pasado fin de semana. En la catedral del golf fue séptimo.
Se abre ahora un frente de unos diez meses, el tiempo que tardaron los tribunales en dictar la última sentencia entre LIV y el circuito europeo. El momento elegido para ir a los tribunales no es casual. Al igual que Rahm no se hubiese echado en brazos de la liga saudí si no tuviese la certeza de asegurar su presencia en los cuatro 'majors', tampoco hubiese ido a la guerra con el DP World Tour de no ser porque necesita disputar un mínimo de cuatro torneos para mantener su tarjeta de miembro y, por tanto, poder ser elegido para representar a Europa en la Ryder que se disputará en Nueva York en septiembre del próximo año.
Al gran torneo por equipos acuden los seis mejores europeos de la clasificación mundial, en la que se ha desplomado al no computar los torneos LIV, y otros seis a elección del capitán, el inglés Luke Donald. Además de sus últimas dos apariciones también le computa su triste paso por los Juegos Olímpicos. Alcanzará el cuarto la próxima semana en el Andalucía Masters, en Sotogrande. Además, salvo sorpresa se clasificará para el DP World Tour Championship, el torneo final del año. También se ha asegurado disputar los certámenes que quiera del circuito europeo de la primera mitad de 2025, siempre que no coincidan con el calendario del LIV.
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