josé félix cachorro
Sábado, 17 de septiembre 2022, 19:56
En un día muy agradable, sin lluvia ni viento, se resolvió ayer el Bizkaia PGAe Open en Meaztegi. La jornada invitaba a seguir a los mejor clasificados, los catalanes Marc Sabriá y Gerard Piris, ambos con -11. Medio centenar de aficionados les acompañó en su ... travesía y aplaudió sus mejores golpes.
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La diversión se extendió fuera de la competición oficial. El programa incluía un concurso de embocar con un solo impacto. Probaron golfistas experimentados y auténticos novatos de ambos sexos. Evidentemente, el objetivo era muy complicado porque la bandera estaba a 160 metros, sobre una loma y había que sobrevolar los árboles. Algunos mandaron la bola a un par de metros o la perdieron entre matorrales... pero otros se acercaron a la diminuta zona de aterrizaje. Todo el mundo se lo tomó con muy buen humor pese a quedarse sin el fabuloso premio: un coche aparcado allí mismo.
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En el día estelar en Meaztegi creció la animación y sorprendió el área gastronómica. «En pocos torneos, incluso en Europa, hay montajes con carpas como el de aquí», valoraban miembros de la prensa especializada. Otros visitantes pasearon por las entrañas de Meaztegi, que «tiene unos rincones preciosos y no los conocíamos», señalaban los bilbaínos Paco y Bego.
Por si faltaba algo, el jugador madrileño Carlos Balmaseda pidió matrimonio a la bilbaína Iratxe en mitad del green del 18, entre los bunkers que dibujan una 's' y una 'b', las iniciales de Seve Ballesteros, diseñador del campo. «Nos íbamos a hacer pareja de hecho, pero el lunes me decidí y compré un anillo», explicaba el golfista tras arrodillarse en la hierba ante su pareja y caddie, que acabó vencida por la emoción y lágrimas en los ojos.
El desenlace del campeonato se hizo esperar. Tres jugadores con -13 iban a protagonizar el desempate por la victoria. La contienda tuvo lugar en el hoyo 18, un par 5 «digno del final de un grande», según describe el gerente del campo, Carlos Roca. Piris quedó eliminado en el primer asalto. Se iba así el autor del quizás mejor golpe de las tres rondas. Su segundo tiro en el mismo escenario durante el recorrido regular estuvo a punto de convertirse en albatros. Con ese lanzamiento galáctico llegó a la finalísima, de la que se despidió muy ovacionado por el público.
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Ya solo quedaban vivos el navarro AsierAguirre y el madrileño Antonio Hortal, dueño del récord del campo vizcaíno al anotar ayer 63 golpes (nueve bajo par). Ninguno cedía en un duelo repleto de magníficos putts y disparos salvadores, y se midieron en otros cuatro desempates más. Aguirre, con apenas un año de profesional, se llevó el gato al agua, tras descalzarse y meter un pie en el arroyo de ese 18, el hoyo con el sello de las letras de un genio, donde se anuncian bodas y nacen campeones.
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