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Nunca se escondió porque todo estaba hablado y pactado. La excelente relación que durante un lustro ha mantenido Jon Rahm con TaylorMade y su CEO David Abeles -con el que compartió varios ProAm en California- le permitió negociar con libertad su llegada a Callaway y ... comenzar a trabajar con la firma californiana tras jugar el Masters en noviembre, sabedor de que había sido su último torneo de 2020. El gran escollo que debió superar para decidirse a aceptar la oferta irrechazable de la empresa ubicada en el condado de San Diego fue de índole personal. No quería dejar en la estacada a los que habían sido estrechos colaboradores en el diseño, fabricación y adecuación de los palos que hasta ahora ha usado como profesional. Desde hace semanas su bolsa con el logo del nuevo suministrador de palos ha sido vista en Silverleaf, su campo matriz en Scottsdale donde reside. También en Hawai, donde el jueves arranca su curso 2021. Ayer se hizo público el acuerdo plurianual que el mundo del golf ha calificado como el fichaje del año.
El cambio es importante. Pasa de una nómina repleta de celebridades (Woods, Johnson, McIlroy...) a ser la estrella más rutilante del firmamento Callaway. «Le admiramos desde hace años, cuando usaba nuestro material en los equipos universitarios de Arizona State. Ahora que está con nosotros esperamos ayudarle con un material que lleve su juego a otro nivel», resaltó el CEO de la compañía, Chip Brewer. Efectivamente, Rahm jugó con Callaway con los Sun Devils y cuando dio el paso al profesionalismo Phil Mickelson, jugador leyenda de la casa, hizo todo lo posible para que le contrataran, aunque finalmente se decantó por alistarse con TaylorMade.
Dentro del acuerdo alcanzado, cuyas cifras son mareantes -como sucede con todos los contratos de los mejores jugadores del mundo de golf-, se le permite un margen de maniobra al astro de Barrika para el uso progresivo de los palos Callaway y el putter Odyssey. El jugador se ha sentido cómodo desde el minuto uno con su nueva bolsa, como desveló al reconocer que hizo un 59 en Silverleaf ya con la configuración de juego que ha llevado al Sentry Champions de Kapalua. Su intención es llenar la bolsa con ese material. Sin embargo, en el comunicado emitido ayer se deja entrever que «quizá no empiece con el putter Odyssey ya que se encuentra probando varios modelos y podría incluir el definitivo en su bolsa en las próximas semanas».
Además de su tirón como número dos del mundo y una progresión a la que no se adivina techo, el interés que procura la figura de Rahm a Callaway tiene mucho que ver con la apuesta de la firma por posicionarse en la venta de bolas de golf, un mercado multimillonario que durante años ha estado controlado por Titleist. El vizcaíno usará el modelo Chrome Soft X que dice se adapta bien a su juego de 'fade'. «Se nota que la compañía ha hecho una inversión muy fuerte», asegura.
Callaway puso en marcha la noticia a través de las redes sociales con un mensaje: «Vamos Rahmbo, Bienvenido al Team Callaway», junto al dibujo de la silueta del bombardero de Barrika. Ataviado con Travis Mathew, su nuevo suministrador de ropa, destaca el logo de Top Golf, nuevo sponsor de referencia. Se trata de la compañía americana líder en la creación de campos de prácticas para el ocio, la versión golfista del bowling.
El astro de Barrika está feliz, radiante, muy ilusionado ante un 2021 que marcará un punto de inflexión en su vida. Será padre cerca del Masters, una señal. Es el fichaje estrella de una gran marca y sus expectativas deportivas son máximas en su afán por seguir ganando torneos, hincarle el diente a un 'Grande' y triunfar en las dos citas fetiche del almanaque, los Juegos de Tokio y el Ryder Cup de Whistling Straits, en territorio enemigo americano. «Estoy deseando poner en juego el nuevo material», dice.
Su aterrizaje en Callaway ha colmado sus expectativas. «Los ingenieros han hecho un trabajo excepcional. Con los hierros y los wedges me he sentido muy a gusto desde el primer minuto, casi como con mis palos de los últimos años. Siempre es necesario un pequeño periodo de adaptación, pero las sensaciones son muy buenas». Ese margen de adaptación se ha focalizado sobre todo en las maderas y el driver. «He trabajado mucho con ellos y estoy convencido de que funcionarán muy bien».
Aunque Callaway le deja la puerta abierta a que se tome su tiempo si tarda en encontrar la confianza, Rahm dice que es «muy de ponerlo a jugar todo desde el principio».
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