Todo un líder

Un total de diecinueve títulos como profesional avalan la carrera de Jon Rahm. No es el que más ha ganado porque lleva pocos años en los circuitos, pero su irrupción en el tour americano (2017) resultó una inyección de moral para todos los aficionados españoles y para el mundo del golf en general. Su aparición reflejó una esperanza de recuperar imágenes de otros grandes del golf español. Sin duda, Severiano Ballesteros, también José María Olazábal e incluso el hombre con el que ayer disputaba el título de Chicago, Sergio García.

Si se tuviera que juzgar la temporada 2024 de Rahm por los éxitos seguramente que el saldo no tendría comparación con años anteriores en los que conquistó títulos de prestigio, como el Open de Estados Unidos (2021) que, además, acompaña con el apellido de ser el primer y único español que ha inscrito su nombre en este Grand Slam, y un triunfo en el Masters de Augusta (2023).

Aceptar la oferta millonaria de los árabes ha sido una decisión que ha marcado la carrera de Rahm. Ha sido criticado por ello, incluso le ha supuesto unas sanciones y multas que el circuito europeo le ha impuesto y que, además, amenazan seriamente en que no pueda participar en torneos de este continente y, especialmente, en el Open de España y en el Masters de Andalucía en Sotogrande en el que el jugador español considera esencial participar.

Entre los 10 primeros

Si se tuviera que resumir esta temporada en números, estos favorecen a Rahm. De los trece torneos que conforman el calendario de la LIV, él siempre ha finalizado entre los diez primeros, y suma un título logrado el pasado julio en Rocester (Reino Unido).

Si habláramos de los peores momentos, sin duda, los Juegos Olímpicos de París estarían en primer lugar, porque allí parecía tener una medalla asegurada a falta de diez hoyos, con cuatro golpes de ventaja, pero acabó ocupando el quinto puesto. Y habría que sumar también el no pasar el corte en el Open de la PGA, además de la lesión sufrida en Houston, que impidió su participación en el torneo, el único al que ha faltado del calendario del LIV.

Sin embargo, Rahm, que durante 52 semanas fue número uno del mundo, demuestra en cada actuación que es un adversario de alto nivel al que siempre sus rivales deben tener en cuenta. Su golf pertenece a una generación que él lidera por su potencial y por su ambición. Rahm no es un jugador conformista. Siempre quiere más. Podrá ganar o perder. Podrá estar positivo o negativo. Pero él es el líder de esta nueva generación de golfistas.

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