Jon Rahm mantiene el pulso hasta el final en Arizona

El vizcaíno estuvo en el alambre varios hoyos en los que dio la sensación de que la diferencia con sus adversarios era ya insalvable, pero solventó los problemas con suficiencia y les obligó a sostener la tensión en todo momento con su ya conocida capacidad de resistencia. El mensaje era claro: si falláis lo aprovecharé. Es lo que diferencia a Rahm del resto de contrincantes del circuito. Nunca da el brazo a torcer, pase lo que pase y sea cual sea el escenario en el que compite. Scheffler lo sabía porque ambos han coincidido ya en mil batallas a pesar de su juventud y no cometió el error de descartarle en la lucha por el triunfo a pesar de que siempre estuvo en ventaja. Si le entraban dudas y abría una ventana ahí iba a estar el vizcaíno para colarse por ella.

El resultado de la víspera presagiaba un duelo al sol de Rahm y Scheffler, dos pistoleros con las armas siempre bien calibradas y aspirantes a la victoria allá donde van. Todo apuntaba a que Nick Taylor, tercero en discordia en el partido estelar, tenía reservado un papel secundario en la película, pero el de Winnipeg se negó a ser un mero actor de reparto y sostuvo la mirada a los dos gigantes sin que le temblara la mano. El de Barrika les presionó, les forzó hasta el límite en una frenética montaña rusa de sensaciones en este campo-oasis levantado en pleno desierto.

El canadiense respondió con solvencia y sólo se vino abajo en las banderas finales. Terminó segundo con menos diecisiete en el cómputo global del torneo. Scheffler fue un muro infranqueable, sin grieta alguna por la que hacerle daño. Se fue hasta el menos diecinueve para ganar en Phoenix –ya lo hizo el pasado año– y recuperar el reinado mundial. Y Rahm, a pesar de moverse en la adversidad, firmó una tarjeta de 68 golpes, tres bajo par, para un menos catorce en la clasificación definitiva. Fue una pena porque salió enchufado desde el principio y porque el sábado dio la sensación de que había encontrado la llave para desvelar los secretos de un campo muy cercano a su hogar en Arizona. La buena noticia es que incluso sin su mejor golf fue capaz de mantener a raya a los rivales que apretaban por detrás para sellar otro 'top ten' en una cita de prestigio como la de Phoenix, en la que se habían dado cita algunos de los mejores jugadores del planeta.

Lo cierto es que desde otoño Rahm no ha bajado el pistón ni en juego ni en resultados. En octubre dio un recital en el Open de España y un mes después se exhibió en la Gran Final de Dubái. Después del descanso navideño entró en 2023 con triunfo en el Torneo de Campeones de Hawái con una última ronda en la que protagonizó una remontada épica a Collin Morikawa que será recordada durante mucho tiempo. Después, victoria en el American Express y séptimo puesto en el American Farmers de Torrey Pines. No hay casi tiempo para el descanso. Desde el jueves espera el Genesis Invitational de Los Ángeles. Y Tiger Woods ha confirmado su participación después de siete meses de parón.