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Con la que cayó ayer fue uno de los jugadores que prolongó más su estancia en Portrush. Había llegado el lunes y casi en coma por el jet-lag se metió un recorrido completo y cerca de diez horas en total de actividad en el ... escenario del The Open. Miguel Ángel Jiménez no es un golfista cualquiera, y menos esta semana. Cumple su presencia número 700 en un evento incluido en el European Tour, quedando a seis citas de alcanzar a Sam Torrance, un récord que ha anunciado «iré a por él, caerá el año que viene». Además, el popular jugador malagueño cumple su Open Británico número 25 y fue en este 'Major' en el que estrenó tal casillero que en este tramo de la costa norirlandesa le va a llevar a firmar su 'Grande' 69.
«Estoy con el paso cambiado, como en una nube después de cruzar el Atlántico. Pero físicamente estoy bien. Tengo 55 años y me hace ilusión volver a jugar el The Open en un campazo como este, franco, sin sorpresas porque te dice dónde están todas las cosas».
Rodeado de juventud va a ser también el jugador español que disputa con más edad un 'Grande'. Pero ni se inmuta porque él, a lo suyo, ve que sus cualidades se mantienen. «La juventud le pega mucho más lejos, pero yo le pego como lo he hecho toda mi vida, posiblemente más porque ayudan los materiales, claro. En los links es donde más nos podemos defender los pegadores medios en distancia. A mí me gusta más el juego habilidoso, no tanto la potencia que predomina ahora».
Lo de los 700 torneos lo lleva con mucho orgullo y hasta el European Tour le ha bordado en su indumentaria la cifra. «Pero contando los dos años del circuito americano y el Champion llevo ya casi los 800 torneos jugados. Es mi año 31 seguido dándole vueltas al mundo. Y tengo el récord de ganador más longevo», continúa recordando. Y vuelve a centrarse en lo que le ocupa, la cita de Royal Portrush en «un campo que me gusta, donde lo importante es pegarle a las calles porque las entradas a los greenes, con tantas lomas, hay que estar bien colocado para poder llegar bien».
En sus 24 antecedentes rozó la Jarra de Clarete que sí conquistó como senior. «Tuve opciones de ganar en 2001, cuando ganó Duval, pero me metí en un búnquer en el hoyo 15 y un poco más y aún sigo allí pegándole con el palo a la pelota. Este Open tiene eso, como te salga mal el día porque te pilla el tiempo malo, te cruje. He hecho muy buenas vueltas aquí... y también otras muy malas», confirma riendo.
Preguntado por el radio de acción que adivina en Rahm, no le pierde de vista. «Ahí está el tío. Ha vuelto a ganar en Irlanda. Está en plena forma y es un jugador con el que hay que estar pendiente para esta semana». A falta de confirmación oficial (esta edición es la 148) todo apunta a que será el primer The Open con dos jugadores vascos en liza porque el de Barrika estará acompañado por Adrián Otaegui. El donostiarra estuvo en la pasada edición de Carnoustie como primer reserva y no se dio el hueco para que jugara. Viene de hacer un buen papel en Escocia y adelanta que repetirá juego sin gorra. «Mira que os llama la atención», bromea. No es por nada especial. No tiene compromisos para su uso y además dice que así rinde cierto tributo a la victoria 40 años atrás de Seve Ballesteros, que solía jugar sin ella.
La armada española incluye además al también debutante Adri Arnaus, Jorge Campillo, Rafa Cabrera, y Sergio García. El The Open con mayor participación nacional fue el de Royal Birkdale de 1983 con diez jugadores: Seve Ballesteros, los Manuel Piñero, Calero, Ballesteros, García y Montes, Joan Anglada, Antonio Garrido, José María Cañizares y Juan Quirós.
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