Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En el mejor final del Open de España de golf, el malagueño Ángel Hidalgo, 26 años, se convirtió en el sorprendente campeón del torneo, dotado con 3,2 millones de dólares. Su victoria es más grande porque venció en un play-off a Jon Rahm, ... el mejor golfista español de los últimos tiempos. Ángel sabía que estaba viviendo un momento especial. Un momento en él que era un ángel que había surgido prácticamente de la nada para animar al golf español. Sabía que el golf pese a no ser un deporte perfecto, como aseguran algunos, es un deporte que te cambia la vida en un día. A él, seguramente, se la ha cambiado.
Hidalgo sonreía, recibía aplausos por el camino y también invitaba al público a que lo ovacionaran. Nunca había estado luchando por un título con una estrella del golf. Nunca en su vida había disputado un play-off y menos frente a un grande como Jon Rahm. Se encontraba feliz con estar ahí. Con haber liderado los cuatro días el Open de España. Con tener a su admirado Rahm contra las cuerdas. A punto de vencerlo en un desempate que quizás nunca soñó. A un golpe de decir que un 29 de septiembre él, Ángel Hidalgo, venció a Jon Rahm. Que él, Ángel Hidalgo, conquistó el primer título de su carrera en la mejor final del Open de España. Que él hizo verdad eso que dicen muchos de que el golf cambia tu vida. Título y más de 500.000 dólares para su bolsillo.
Fue una final tan emocionante como agónica. Tres españoles disputando la corona del torneo se había dado muy pocas veces. El catalán David Puig amenazó al principio con adueñarse del Open, pero después de cuatro birdies en una primera vuelta extraordinaria enterró sus posibilidades con un juego totalmente erróneo en los siguientes once hoyos.
A partir del momento en que renunció Puig, el torneo se convirtió en un auténtico mano a mano entre Hidalgo y Rahm. Pero el de Barrika nunca encontró la fórmula para hundir moralmente a un Hidalgo que demostró nervios al principio de la jornada con un bogey en el 1. Tampoco el malagueño exhibió debilidad. Rahm estaba obligado a buscar distancia, pero nunca la impuso. Y siempre dio la sensación que enfrentarse a Rahm, en lugar de colocar a Hidalgo en una posición débil, lo fortalecía. Vencer a Rahm, ganar a un grande como el de Barrika, provocó más motivación que fragilidad. A Hidalgo le ponía sentir que desde el primer tee el público le aplaudiera a raudales. Entonces puede que se estremeciera y temblara. Pero no. Falló en el primer hoyo, pero en el play-off fue mejor que su ídolo.
El campeón del Masters de Augusta y el US Open apenas encontró parte de su juego. No estuvo cómodo y fue más irregular. Y lo pagó caro. No estuvo al nivel del penúltimo día y lo reconoció. En cambio, vio a su rival «muy sólido, con mucha garra». Y acabó con un deseo. «Que lo disfrute», dijo Rahm.
Hidalgo fue un ganador inesperado porque nunca había conquistado un torneo de primer nivel.
Rahm nunca encontró la fórmula de desestabilizar a un rival que se desenvolvió muy seguro.
El vencedor dijo a sus padres que «lo daré todoy ojalá podamos tener una alegría muy grande».
Hidalgo pudo evitar el play-off, pero su último golpe en el 18 no consiguió el objetivo. Luego actuó como un campeón. Ofreció la sensación de ser un enorme jugador, de gozar una experiencia increíble. Estuvo sereno y sonriente. Prudente y eficaz. Y soberbio con los palos y los putts. Sus manos nunca temblaron. Siempre estuvo seguro, confiado en la victoria porque para él estar ahí, era algo novedoso, algo que nunca había experimentado. Jugar contra Rahm, disputar un título contra el ídolo. Eso es genial, y a Hidalgo le sirvió de inspiración.
El andaluz recibió el abrazo de sus padres llorosos. El día antes les había dicho: «Perdona por lo que te he hecho sufrir, pero mañana lo daré todo y ojalá podamos tener una alegría muy grande». Dicho y hecho. Cuando embocó el putt ganador se llevó las manos a los ojos. Miró a un lado y recibió un abrazo enorme de su caddie, y entonces llovió champán y los ojos soltaron lágrimas de alegría. Rahm miró la escena. Había perdido. No había más.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.