El día que Rahm se sintió invencible

También desveló que modificó su forma de desplazarse por las calles y atacar los objetivos de la forma que lo había hecho los dos primeros días en Liverpool. Buscó nuevos destinos a sus tiros para reducir riesgos al abordar varias banderas. Como en el hoyo 12, donde «si puedes pasarte los bunkers y quitarlos del medio... A mí me parecía mejor porque me quedaba cerca de green, tenía 100 metros en el 12, 70 en el 14... Hemos podido ajustar los cambios, hemos jugado esos hoyos completamente diferente a los últimos días. Ahí me parecía que merecía la pena y podía aprovechar los hoyos muy bien».

En contra de las apariencias, el de Barrika aclaró que sus disparos siempre encontraron la meta fijada, que no hubo equivocaciones en los aterrizajes. «En el 12 y 14 he pegado donde ha ido. Ponerla en calle es casi imposible. Prefería tener 100 metros que un hierro 7 en la mano desde la calle. Gracias a Dios, el rough no está muy alto y siempre vas a tener opciones de pegarla a green por lo menos», descubriendo así uno de sus secretos para resurgir en Hoylake.

A la pregunta de si ayer se sintió invencible, respondió que «sí. He estado muy cómodo, sobre todo desde el tee. Cuando estoy cómodo desde el tee es muy fácil mantenerme agresivo y darme oportunidades». Reconoció que «en el Masters estuve desde el primer día y en el Open Británico me he metido un poco así, por la suerte del tiempo». Por ello, de su recorrido destacó haber hecho «el par del 8, donde no leí bien el viento», además de los «veinte minutos» entre ese punto y el birdie del 10.

Rahm dijo que había hecho «todo lo posible para darme opciones mañana (por el domingo)» y que le resulta «muy divertido tener días así en grandes eventos, y tener aquí a toda la familia para verlo lo hace aún mejor».