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«Es un club terriblemente exigente y tienen en la cabeza en ser campeones en todo», presentan. El fútbol ha llevado a Independiente del Valle de Ecuador a dos vizcaínos de 41 años. Son Arkaitz Mota (Bilbao) e Igor Oca (Basauri). Ocupan cargos de alta ... jerarquía. El primero es jefe de reclutamiento de fútbol profesional, cantera y femenino. El segundo es jefe de fútbol y metodología de la cantera. Por encima de ellos sólo están el director deportivo y el general. El pasado 1 de octubre posaron plenos de felicidad con la Copa Sudamericana, la Liga Europa de aquel continente, en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba (Argentina).
Contra todo pronóstico, su equipo se impuso 2-0 a Sao Paulo. Eran David contra Goliat. El equipo de Sangolgui de 75.000 habitantes contra los 12,5 millones de la metrópoli brasileña. Un pequeño campo de 12.000 espectadores frente a otro de 75.000. El modesto club con sólo una Liga y otra Sudamericana (2019) frente a la escuadra más laureada de su país. Veinte mil brasileños en Córdoba ante 1.500 ecuatorianos. «El sueño se hizo realidad», resume Mota.
«Los propietarios son ambiciosos y el proyecto crece de manera sostenible», añade. Independiente del Valle ha subido tanto que hoy es el único club sudamericano capaz de hacer sombra a los brasileños, los grandes dominadores en el continente. Los diez primeros en el ranking Conmebol son nueve 'cariocas' e Independiente, cuarto.
Mota es un trotamundos. Su carrera ha dado muchas vueltas. Empezó en Romo, Getxo, Leioa y Urduliz y de ahí dio el salto al Barça (2002-2006), Aspire Africa Fútbol Dreams (2007-2008), Real Madrid (2008-2014) y Aspire Kas Eupen de Bélgica. «Tuve dos oportunidades de venir antes a Independiente. A la tercera fue la vencida». En cuanto el club necesitaba un responsable de cantera pensó en Oca, entrenador que subió al Sestao a Segunda RFEF en 2021 y que decidió no seguir en Las Llanas. Pasó por el Atlético San Luis de México y Emelec de Ecuador antes de incorporarse a Independiente.
Su primer presidente era un zapatero que se rodeó en la junta de carpinteros y sastres con el objetivo de que los chicos de su ciudad tuvieran un club. Todo cambió en 2007 cuando el empresario Michel Deller cogió al equipo en Segunda y se propuso llevarlo a la cima.
«Es gente que quiere cumplir sus sueños, pero a base de trabajo y humildad», ensalza Mota. «Somos el club ecuatoriano con más medios en recursos humanos. La visión es a medio o largo plazo. Si pedimos dos canchas más sintéticas porque hay lluvias, se buscan. La mirada siempre está puesto en el futuro y no en el corto plazo como otros clubes», elogia Oca.
Los éxitos se suceden. Son terceros en la Liga y el 2 de noviembre juegan la final de Copa. En la cantera han quedado subcampeones de la Libertadores sub'20. Es un club en el que el trabajo de cantera es esencial la producción con destino a Europa es importante. Las últimas ventas son Ordóñez (Brujas), Plata (Sporting Portugal), Caicedo (Brighton), Delgado (Ajax) e Hincapié (Bayer Leverkusen).
La Copa Sudamericana ha puesto los ojos sobre el club ecuatoriano. «Este título te da reconocimiento a nivel mundial. Notamos que ya nos conocen en todas partes», se alegra Mota.
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