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A Marcelo Bielsa le han bastado cinco partidos de la fase sudamericana hacia el Mundial 2026 para hacer historia con Uruguay. El 'loco' se impuso a su querida Argentina en La Bombonera (0-2), una victoria que unida al triunfo sobre Brasil supone un doblete ... que la selección celeste no lograba desde 1960. Un hito que de la mano de Bielsa ha devuelto a Uruguay al primer plano futbolístico con un grupo que compite, que gana y que marcha en la segunda plaza de la clasificación con 10 puntos.
Argentina, pese a todo, mantiene el liderato, pero Bielsa se encargó en el campo de Boca Juniors de reventar un par de registros históricos de la campeona del mundo. Argentina no perdía un partido de clasificación al Mundial desde el 28 de marzo de 2017, o lo que es lo mismo 25 partidos. Y además, la selección que entrena Leo Scaloni llevaba 14 victorias consecutivas. Pero la pasada noche, la lección táctica de Bielsa aplicada a conciencia por un grupo de futbolistas entregados a los conocimientos de su seleccionador se encargó de borrar a Argentina. Araujo en el minuto 41 y Darwin Núñez en el 87 dieron un triunfo de enorme valor para la doble campeona del mundo.
Fue una noche inolvidable en lo emocional y en el resultado para Bielsa. A sus 65 años, afronta nuevos retos con Uruguay y esta vez tocaba medirse a una selección a la que revolucionó al principio de siglo, con la que logró números sorprendentes pero donde siempre quedará la decepción sufrida en el Mundial de 2002, donde Argentina cayó en primera ronda. Bielsa, pese a todo, llevó después a su selección al subcampeonato en la Copa América de Perú, donde finalizó segundo, y conquistó el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, el único título que le faltaba a la albiceleste. Pero en septiembre del 2004, ante Perú, Marcelo Bielsa dirigió su último partido como entrenador de la selección argentina. Ganó 1-3 en Lima, pero renunció a su cargo diez días después alegando que estaba «sin energía».
Casi 20 años después, el técnico de Rosario se reencontraba en La Bombonera con viejos amigos. Más que emotivo fue su abrazo con Pablo Aimar -«'Pablito, amigo mío, te veo triunfar, hermoso. Lo mejor', le dijo»-, e hizo lo mismo con Walter Samuel y Scaloni. Después, sobre el campo, las líneas maestras del bielsismo. Intensidad, pelea, determinación... Uruguay no dejó respirar a Argentina y sobre todo, no dejó respirar a Messi. La estrella mundial se movió por el centro y por la derecha, pero siempre tenía uno o varios rivales encima y en caso de que tomara la iniciativa, la consigna era frenarle en falta. Messi, de hecho, acabó el encuentro enfadado e incluso llegó a agarrar del cuello a Mathias Olivera. Eso sí, al final admitió que «se ve la mano de Bielsa en todas las selecciones y los clubes que estuvo, incluyendo la selección argentina».
Lejos de declaraciones eufóricas, el 'loco' estuvo comedido y respetuoso con la selección de su país. «Argentina es un campeón del mundo inolvidable. Ganarle no nos otorga nada de lo conseguido por ellos. Casi siempre se exageran esas valoraciones», dijo en rueda de prensa después de que en el vestuario alabara a sus futbolistas el gran trabajo que realizaron. «Les agradecí mucho el triunfo que consiguieron y valoré mucho el esfuerzo que tuvieron que hacer para conseguirlo legítimamente. Por un escaso margen, pero fue un triunfo justo», declaró Bielsa tras uno de sus partidos más emotivos.
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