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La última aventura en los banquillos de Zdenek Zeman, el salvador del fútbol italiano

A sus 75 años, el mítico entrenador checo, adalid del fútbol de ataque, vuelve al Calcio, a su querido Pescara, actualmente en la Serie C

Íñigo Agiriano

Martes, 21 de marzo 2023, 18:49

El de Zeman es uno de esos rostros eslavos que parecen esculpidos con un cincel. Su permanente rictus de seriedad va siempre acompañado de un cigarrillo, como si fuera un héroe del cine negro. Como él mismo reconoce, solo de pensar en dejarlo le entran ... más ganas de fumar. Casi desconocido para el gran público, al menos para el más joven, Zeman es uno de esos entrenadores en peligro de extinción, un amante absoluto del ataque, un obseso de la preparación física y un tipo que no se calla lo que piensa. En los noventa, revolucionó el calcio, con su fútbol total, que chocaba frontalmente con la cultura italiana, amante del catenaccio. Su enfrentamiento con los grandes poderes fácticos del fútbol transalpino por sus condenas del dopaje le condenó al ostracismo, pero Zeman, incorruptible, siempre ha mantenido su esencia, la que le hace único.

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Nació en Praga en 1947, en plena posguerra. Su padre, médico, quiso que siguiera sus pasos, aunque, como el propio Zeman reconocería años después, fue una suerte que no le hiciera caso. Su tío, que había sido entrenador de la Juventus, transmitió al joven Zdenek su pasión por el fútbol. Este le visitaba todos los veranos en Palermo, donde residía, hasta que decidió quedarse en Italia tras los acontecimientos de 1968, cuando los tanques soviéticos entraron en las calles de Praga. En su nuevo país, formó una familia, se licenció en Educación Física con una tesis sobre Medicina en el deporte y obtuvo el título que le permitía entrenar en la élite. Sus primeras experiencias fueron en modestos equipos de pueblo. De ahí, fue ascendiendo poco a poco y entrenó en Tercera y Segunda, hasta que llegó su momento estelar.

«Salvador del fútbol italiano»

El presidente del Foggia, arrepentido por haberle cesado años atrás, le ofreció de nuevo el cargo. Zeman consiguió en dos temporadas el ascenso a la Serie A y, durante tres temporadas inolvidables, convirtió a su equipo en una de las grandes sensaciones del Calcio. Consiguió dos novenos puestos, el mejor resultado de la historia del club, y compitió durante los tres años por la clasificación para la UEFA. Aquel equipo fue conocido como el «Foggia dei Miracoli» y la fama de Zeman llegó a tal punto que, cuando se lo presentaron al papa Giovanni, le dijeron «este señor del este está salvando el fútbol italiano».

Acusaciones de «abuso de fármacos»

Su estilo de juego causaba sensación. Zeman era y sigue siendo un enamorado del fútbol total neerlandés, de la escuela de Stefan Kovacs y Rinus Michels. Sus jugadores salían al campo con una sola idea, la de atacar, porque, como el propio Zeman admitía, el fútbol tiene el deber de divertir a la gente. De esta forma, sus equipos solían ser los más goleadores, aunque también lo más goleados. Su reconocimiento llevó a Zeman a los mejores banquillos de Italia. Entrenó a la Lazio, donde dio sus primeras oportunidades a un joven central llamado Alessandro Nesta, y posteriormente a la Roma. Fue allí donde su carrera cambió para siempre, tras unas declaraciones incendiarias. Al ser preguntado por algo que no le gustara del fútbol italiano, el entrenador checo, que nunca ha tenido pelos en la lengua, respondió: «el abuso de fármacos» y acusó directamente a jugadores como Vialli o del Piero y a la Juventus en general. Sus declaraciones conmocionaron Italia, y se abrieron investigaciones, pero el más afectado fue el propio Zeman, contra el que se volcó todo el aparato mediático del futbol italiano.

No es casualidad que las siguientes aventuras de Zeman fueran en equipos modestos, o incluso fuera de Italia, donde entrenó al Fenerbahce y al Estrella Roja. La mayoría de estas experiencias fueron breves e infructuosas y se llegó a pensar que Zeman estaba acabado. Hubo que esperar hasta el año 2011, cuando el técnico checo regresó a escena con todo su esplendor. El Pescara, entonces en segunda, le ofreció el cargo de entrenador. Los delfines no entraban en las quinielas para el ascenso en una Serie B repleta de equipos históricos, pero consiguieron lo imposible. Se proclamaron campeones con ese fútbol alocado y vertiginoso tan del gusto del técnico checo. Fueron el equipo más goleador de toda Italia con 90 goles, aunque también encajaron 55, en una temporada llena de goleadas y partidos para el recuerdo. En aquella plantilla, tres jóvenes futbolistas destacaron por encima del resto: Marco Verratti, Ciro Immobile y Lorenzo Insigne. El primero se ganó la convocatoria de Prandelli para la prelista de la Eurocopa a pesar de no haber debutado en primera, el segundo fue el máximo goleador de la competición con 28 tantos, y el tercero maravilló a todos con sus regates y sus goles.

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Recuperar el prestigio perdido

Aquella temporada le valió a Zeman para recuperar el prestigio perdido y firmó por la Roma, pero defraudó las expectativas y fue despedido antes de terminar la temporada. Desde entonces, el técnico checo ha pasado por varios equipos como el Cagliari o el Lugano suizo e incluso volvió al Pescara en la temporada 2017-2018, pero no ha tenido éxito en sus aventuras, como se encargó de recordarle Mourinho cuando Zeman criticó el fútbol de la Roma bajo las órdenes del portugués.

Ahora, a sus 75 años, regresa a la costa del Adriático, al club, junto al Foggia, en el que más feliz ha sido, con el objetivo de ascenderlo a la Serie C, a donde cayó en 2021. Hasta el momento ha dirigido cuatro partidos, con un balance de dos victorias, un empate y una derrota. No sabemos si conseguirá el objetivo, pero podemos estar seguros de que, en Pescara, podrán disfrutar de nuevo viendo a su equipo jugar al fútbol. Al fin y al cabo, de eso se trata.

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