Villar deja al Portugalete a un paso del ascenso

Reinó la igualdad en el primer tiempo. Se cumplió el guion esperado en Loinaz, un campo estrecho de hierba artificial, dónde la tónica habitual fue el juego directo, con constantes envíos en largo y por alto que derivaban después en duelos, disputas , con especial importancia en las segundas jugadas. En esa tesitura, ninguna de las dos escuadras se imponía a la otra en un encuentro de mucha intensidad y que requería gran concentración. Daba la sensación que cualquier error podía propiciar que se desequilibrara la balanza.

La ocasión más clara de la primera mitad estuvo en las botas de Iñigo Martín en el minuto 17. El delantero se plantó frente a Artetxe, pero el portero estuvo mejor y le ganó la partida. El Beasain logró tener mayor control durante los últimos veinte minutos del primer tiempo y pudo marcar justo antes del descanso cuando Ximon Aranguren perdonó prácticamente a puerta vacía. Todo quedaba por decidirse después del descanso, con un Portugalete obligado a echar el resto en busca del triunfo.

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El inicio de la segunda parte no fue muy esperanzador para los portugalujos, que no lograban aproximarse al área contraria ni tener profundidad. Es en ese momento cuando deben aparecer los grandes jugadores. En este caso, fue un veterano como Aitor Villar el que se echó el equipo a la espalda. En una jugada aislada, cuando corría el minuto 54, el extremo recibió en la frontal del área para armar rápido un disparo que sorprendió a Artetxe y supuso el 0-1. El Portugalete tenía entonces la sartén por el mango.

No contento con ello, solo siete minutos después, el ex del Sestao River se inventó una verdadera obra de arte para ampliar la ventaja y dejar a los suyos con pie y medio en la final definitiva por el ascenso. Éste realizó una especie de vaselina que fue directamente a las redes sin que nada pudiera hacer Artetxe. Los jarrilleros tenían la eliminatoria en su mano, pero todo se complicó en una falta en la que el árbitro expulsó a Santamaría y Alain Eizmendi marcó un golazo por toda la escuadra. Al Portugalete le tocaba resistir. Se puso el mono de trabajo, sujetó a los guipuzcoanos y consiguió el pase a la final con sufrimiento.