Capitanes del Barakaldo CF

Tercera Federación

«Estamos aislados de lo externo y a la vez muy motivados»

Desde que esta temporada dio el pistoletazo de salida, el Barakaldo se fijó un objetivo claro. Tenían entre ceja y ceja ascender para comenzar a dejar atrás todo rastro del episodio más negro de su historia. Su proyecto era uno de los que partía con la vitola de favoritos, aunque todo eso luego siempre puede desbaratarse sobre el césped. Esta vez no fue así. Los fabriles han sido un auténtico rodillo. Están inmersos en una campaña histórica que les mantiene líderes, invictos y con 16 puntos sobre el segundo clasificado. Mañana a partir de las 17:00 horas podrían ponerle la guinda en Azkoitia certificando el ansiado ascenso y su afición está en vítores esperando ese momento.

A nadie se le escapa que este éxito solo puede fraguarse con una plantilla de muchos quilates. No obstante, los capitanes de la escuadra gualdinegra destacan que han llegado a este punto también por la «calidad humana del grupo». «Desde el principio conectamos muy bien el cuerpo técnico y toda la plantilla», comenta Altair Reyes. Todos reman a una y eso lo trasladan al día a día. Aimar Sagastibeltza resalta que «a pesar de que algunos jugadores hayan jugado menos, han sido claves para que hubiera un ritmo espectacular en todos los entrenamientos». Una situación que ha vivido, por ejemplo, Mikel Castrillejo, que coincide con su compañero y añade que «en los entrenamientos nos encontramos con ritmos más altos que en competición y eso luego se ve reflejado cada fin de semana».

Su filosofía para no caer en la relajación, a pesar de las grandes distancias que han dispuesto respecto a sus perseguidores, ha sido el ya famoso 'partido a partido'. Altair Reyes apunta que «más que pensar en un objetivo a largo plazo, nos hemos puesto pequeños retos cada fin de semana». Unos retos que ahora les han convertido también en el equipo que menos tantos ha concedido de los 460 que conforman las cinco primeras categorías nacionales -siete-, el segundo más goleador -52- y que les mantiene invicto tras 24 jornadas disputadas. Están rompiendo todos los récords. Todo ello con un propósito más grande, como es el ascenso. El cual podrían certificar matemáticamente mañana ante el Anaitasuna.

A pesar de todo lo que hay en juego, mantienen los pies en el suelo. Todos ellos dicen afrontar esta semana con «naturalidad y normalidad». Al fin y al cabo, todo lo que sea seguir como hasta ahora les hará tocar la gloria. Confiados en que lograrán la machada, la afición baracaldesa se desplazará en masa. Han llenado casi siete autobuses, por lo que se esperan más de 500 hinchas fabriles en Azkoitia. Los capitanes no encauzan esto como una presión extra, sino como una motivación. «Somos un equipo maduro que no nos dejamos llevar por estos temas. Estamos aislados de lo externo y a la vez motivados por el hecho de que va a venir mucha gente a apoyarnos», manifiesta Aimar Sagastibeltza.

Mikel Castrillejo también valora el papel de la afición. «Nos llevan volandas en cualquier estadio, es una barbaridad», señala. Es por ello que «saldremos a darlo todo como cada fin de semana», apostilla. El hecho de que lo traten como otro partido cualquiera, no quita para que sean conscientes de que «es un día muy especial y bonito», tal y como lo tildan los tres. Esta será su primera bala de las seis que les quedan para lograr el único ascenso del Barakaldo en once años. Lo consigan ahora o no, después no se dejarán de llevar. Tratarán de acabar de dejar una huella memorable concluyendo una temporada sin ninguna sola derrota o por debajo de los diez goles en contra.

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