El Basconia demuestra poder hacer frente a cualquiera

El enfrentamiento era de lo más atractivo. El Basconia, tercer clasificado, visitaba a un Portugalete que acababa de escalar a la primera plaza por rebasar en la jornada anterior al Leioa en un duelo directo (2-3). Además, los jarrilleros llevan invictos toda la temporada. Nadie ha sido capaces de tumbarles. Por lo tanto, llegaban a este envite en un estado de forma óptimo. Aunque los basauritarras no se quedaban muy atrás. En su último choque habían vencido por 4-3 a un Eibar C que también ocupaba los puestos de play-off.

Desde luego, el partido prometía espectáculo. No defraudó ninguna de las dos escuadras sobre el verde, cumpliendo todas las expectativas y firmando un encuentro muy vistoso para el espectador, con un intercambio de golpes continuo. El primero en golpear fue el propio Basconia. Sólo habían transcurrido ocho minutos de juego cuando Ander Peciña logró abrir la lata. Así todo se le ponía muy de cara a los visitantes en un escenario de máxima exigencia.

Aunque éstos no pudieron soportar el vendaval portugalujo mucho tiempo. Sólo veinte minutos después, Okolo devolvió la igualdad. Había que empezar de cero. Esto podía suponer varapalo moral para un equipo tan joven. En cambio, la reacción fue inmediata. Únicamente tardaron tres minutos en volver a ponerse por delante. Esta vez, por medio del defensa central, Iker Monreal. Entonces, el Portugalete volvió a la carga y logró el 2-2 justo antes del descanso, con un tanto de Gonzalo Zorrilla.

Para más inri, al inicio de la segunda mitad, el conjunto portugalujo cogió la delantera cuando Asier Arana vio puerta para hacer el 3-2, Una vez más, el Basconia demostró que no se rinde fácilmente, por mucha calidad que tenga su rival, y de nuevo, casi acto seguido, firmó el 3-3 definitivo para conseguir un valioso empate.

Este último tanto también fue obra de Ander Peciña. El delantero de 18 años va camino de establecer un récord en el club. Sigue siendo el 'pichichi' del grupo al sumar trece dianas en 18 partidos. Tiene a mano superar las veinte que hicieron en su día Villalibre y Santamaría.