Adrián Pérez Bolo trata de revalorizarse en el Rayo

El pasado verano, el Athletic captaba para su segundo filial, el Basconia, a Adrián Pérez Bolo, hijo de Jon Pérez Bolo, actual técnico de la Ponferradina de Segunda División, desde el Danok Bat Juvenil de Honor. Apenas un año después da un volantazo a su carrera al decidir cambiar de aires, rescindir en el club rojiblanco y, tras valorar varios clubes interesados en sus prestaciones, recalar en el filial del Rayo Vallecano sin apenas ruido mediático el pasado 21 de julio. Ha firmado para las dos próximas campañas por una entidad donde su protenitor triunfara en la otra área, donde fuese el máximo goleador de la UEFA 2000-01 junto al búlgaro Berbatov, con siete tantos, y rubricara 54 goles en seis temporadas. En Madrid, Adrián tendrá una nueva vida, sin rencores ni reproches con el club rojiblanco: «Estamos muy agradecidos al Athletic, no ha habido ningún problema, simplemente cada uno ha cogido su camino», subrayan fuentes cercanas al zaguero, que prefiere la discreción y hablar en el campo.

El hijo mayor de Bolo, Adrián Pérez, central diestro de envergadura (1'92), contundente y con proyección, al que también apodan con el mismo apelativo, daba el salto desde el Danok después de una temporada brillante en el equipo pilotado por Jonathan Ledesma, completando una segunda vuelta espectacular sin perder ningún partido en línea con la Real Sociedad. Adrián Pérez Bolo (2001), al que los informes le calificaban en Lezama de asociativo, con buen juego de uno contra uno, con desplazamiento de balón, lateralidad y dotado de una gran condición física. Pero ahora gira su carrera para enrolarse en el filial del Rayo Vallecano, que milita en la Tercera RFEF. En el Basconia apenas ha jugado cinco partidos, con mucha presencia en el banquillo de Patxi Salinas, con entrenamientos esporádicos a las órdenes de Marcelino García Toral, con lo que su decisión personal anhelaba un cambio de tercio para revalorizarse.

Curiosamente, de los tres centrales específicos del curso pasado del Basconia sólo repite esta temporada el internacional Adrián Trespalacios, ya que el navarro Iker San Vicente, que fue fichado hace dos años del Barça Juvenil, fue cedido al Gernika en la Segunda RFEF a las órdenes de Óscar Vales. El defensa de Rekalde, hasta este curso sin mucho foco, con alguna presencia esporádica en la selección de Euskadi Sub-18, espera llegar a ser futbolista de élite. Comparado, por sus características, con Unai Núñez, Bolo Junior abre su senda en Vallecas en su incipiente carrera de un central de sólo 20 años. El técnico del primer equipo franquirrojo, Andoni Iraola, le podrá observar de cerca por si tira de sus prestaciones para entrenamientos o para algún partido del primer equipo del Rayo. De momento, Adrián ya se entrena en la pretemporada de su filial bajo la batuta de Ángel Dongil confiando en actuar en muchos más partidos de los que pudo vestirse de corto an Artunduaga.

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