Tensión máxima entre Luis Rubiales y Ana Pastor: «No puedo ni pagar una Coca-Cola, tengo las cuentas bloqueadas»

Pastor preguntaba a su entrevistado por las cuentas que tiene fuera de España. «Tenía unos ahorros. He trabajado muchos años, he sido futbolista, he sido presidente de la Federación, del sindicato… y todo el dinero que tengo es fruto de mi trabajo y de mis ahorros», precisaba él reprochando que no puede rehacer su vida. «Ahora estaba tratando de empezar a hacer negocios, pero todavía no he podido. Firmé con una empresa coreana un contrato de ocho millones de dólares en tres años, y me llamaron diciendo que habían recibido muchas presiones de España y cancelaron el contrato. Me está siendo muy difícil», exponía. 

«Es evidente que no quieren que esté en España. Es mi país y lo amo, pero yo también me tengo que buscar la vida de manera honrada para que mi familia salga adelante. Y este es un país en el que hay muchas oportunidades», argumentaba Rubiales mirando a República Dominicana. El exdirectivo acusaba a la prensa. «He sufrido un apaleamiento mediático tan grande que era imposible para mí trabajar en España», afeaba. Y se ponía muy serio para proclamar: «Nunca en mi vida he pegado una mordida, jamás». La periodista matizaba entonces. «Existen indicios de corrupción para la Guardia Civil, para la fiscalía anticorrupción, para la jueza…», alegaba. Él insistía en que «jamás».

«Mire, señora Pastor, si cada vez que quiero contestar me interrumpe, va a ser imposible», protestó Rubiales varias veces. Y suplicaba: «Lo que le ruego es que, si se está investigando, haya presunción de inocencia, porque en este país parece que no la hay. Y sobre todo para determinadas personas». El exfutbolista lamentaba su situación. «Todas mis cuentas están bloqueadas, no tengo ni la posibilidad de pagarme una Coca-cola. Esa es la verdad», criticaba. Y atacaba a su interlocutora. «Usted, seguramente, está en la corriente demoledora, devastadora, contra gente sobre la que no se ha probado nada». Pastor precisaba: «Yo me dedico a hacer preguntas y punto». 

«Ni Piqué me lo ha ofrecido, ni yo me he llevado ninguna comisión», dejaba claro Rubiales con la mirada puesta en Emiratos Árabes. «Jamás he tenido negocios en Arabia Saudí», determinaba. Lo que tiene claro es que, pese a todo, «no peligra el Mundial. ¿Hay algún escándalo comprobado y alguna condena?», ironizaba. El nombre de Koldo García también apareció. «Le conozco muy poquito. He hablado con él tres o cuatro veces. Me contactó porque era amigo de Aldama, el presidente del Zamora. Era un hombre afectuoso y cercano en el trato», contaba. 

El escándalo Rubiales estalló con el beso no consentido a Jennifer Hermoso. «Voy a ser muy claro con este tema. No puedo llegar a entender que alguien piense que eso sea una agresión sexual. Punto dos. Se produce, después de ganar el Mundial, entre dos amigos. No lo digo yo, la señora Hermoso ha dicho que había una relación de confianza y amistad. Punto tres. Hay una pregunta. Un agresor sexual no pregunta. Sexual no había nada. Y ella me dice vale. Ahí está todo y que cada uno opine», declaraba el abogado que señalaba a la futbolista por cambiar su versión.

«Con respecto a las coacciones, yo solo hablé diez o quince segundos con la señora Hermoso en el avión», rechazaba. Pastor cargaba. «¿Su defensa es atacar a Jennifer Hermoso?», cuestionaba. Y el invitado torcía el gesto. «No manipule. Su manera de calificar mis palabras es manipuladora», censuraba. Y volvía a su defensa. «La gente en la calle, por este asunto, lo tiene muy claro. Y quien lo tiene muy claro son mis hijas, que estaban delante cuando la señora Hermoso dijo: ¡Que me dejen en paz ya! Ha sido un beso entre amigos. Eso lo han visto y escuchado mis hijas«, aseguraba el expresidente de la RFEF. 

«No hay coacciones. Nadie va a poder demostrar que hubo presiones», sentenciaba Rubiales sobre las acusaciones que tiene por el caso Jennifer Hermoso. Pastor habló también de las quejas de las futbolistas antes del Mundial. «Lo que querían era que me cargara a Jorge Vilda. No sé por qué», replicaba el entrevistado que también habló del «falso feminismo». «Los radicalismos son malos, tanto en una postura como en otra. Yo defiendo el igualitarismo. El feminismo defiende que cuando hay una desigualdad, se apoye a la mujer para que llegue a ese nivel, y lo que se está haciendo no es eso. Es, sobre dos opiniones, una de mujer y otra de hombre, darle la razón a quien es mujer. Eso no es igualitarismo», zanjaba.