Mikel Arteta, Unai Emery y Julen Lopetegui.

El sello vasco en los banquillos de la Premier

Mikel Arteta, Unai Emery y Julen Lopetegui dejan su impronta en el Arsenal, el Aston Villa y el Wolverhampton

Iñigo Gurruchaga

Londres

Domingo, 22 de enero 2023, 17:28

El final de la pasada temporada fue amargo para Mikel Arteta. No había cumplido el objetivo de llevar al Arsenal de regreso a la Liga de Campeones, pero lo peor era el miedo. Su equipo fue arrollado por el Tottenham, su rival para alcanzar la ... cuarta plaza, en el antepenúltimo partido de la temporada. Y dio a Antonio Conte la ventaja definitiva rindiéndose en el penúltimo, contra el Newcastle.

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No hay peor marca para un deportista que compite que la inseguridad y encogerse cuando llega el reto decisivo. Buena parte de los seguidores y de la Prensa confirmó su opinión negativa del entrenador donostiarra, que pedía una y otra vez fidelidad en el proceso. En esta temporada los entrenadores criticados, también Conte, apelan en la tele a la necesidad de respetar 'the process'.

El actual Arsenal, el más osado y alegre desde que Arteta fue fichado en diciembre de 2019, batió esta semana a los rivales del norte de Londres en el Tottenham Hostpur Stadium. Ocho puntos de ventaja sobre el dubitativo Manchester City de Pep Guardiola. El catalán se escudó en sus manierismos. Dijo que no le importa ganar la Premier y que su equipo ha estado en esta situación muchas veces.

Luego, el City remontó el jueves en su casa (2-4) una ventaja de dos goles por el equipo de Conte, y Guardiola entretuvo la noche fría de Inglaterra con un monólogo descuajeringado. En su párrafo más meritorio decía: «Somos un equipo de flores felices… Yo no quiero ser una flor feliz, yo quiero ganar al Arsenal. Pero si jugamos de esta manera, él nos destruirá».

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Sería bonito que los entrenadores que no duden se declaren 'happy flowers' en las entrevistas pospartido. Unai Emery, que regresó a la Premier en noviembre, ya acuñó un término en la jerga del fútbol inglés. Le piden en la tele su opinión sobre el partido y el noble guipuzcoano desea en primer lugar 'good evening', buenas tardes. Pero los hinchas se burlan de su fonética, apodándolo 'good ebening'.

Efecto inmediato

Emery rechazó una oferta del multimillonario Newcastle United antes deaceptar la del más modesto Aston Villa. Los propietarios, una empresa constituida por dos hombres ricos –el uno egipcio y el otro estadounidense–, habían despedido a Steven Gerrard, uno de los grandes futbolistas ingleses del inicio del siglo XXI. El equipo estaba a dos puntos de los puestos de descenso.

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La reputación de Emery salió dañada de su tiempo en un Arsenal necesitado de grandes cambios. Comentaristas anónimos lo achacan en parte en 'The Athletic' a la dificultad para comunicar con su inglés desordenado las instrucciones tan detalladas que le caracterizan. Afectaría a más entrenadores de la Premier, que en la Britannia del Brexit desfilan ante las cámaras para contar lo ocurrido en un inglés en algunos casos difícil de entender.

El efecto de la llegada a Birmingham del exentrenador del Villarreal y del PSG fue inmediato. En su primer partido, su equipo batió al Manchester United (3-1) por primera vez en su estadio, Villa Park, desde 1995. Ha sumado doce puntos en seis partidos, el equipo está en la undécima posición. Emery ha iniciado con brío el camino para restaurar su reputación en el fútbol inglés.

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El parón por el Mundial de Qatar y ahora la ventana del mercado de fichajes han desdibujado la competición. Julen Lopetegui decidió aterrizar en la Premier con parsimonia. No quiso hacerse cargo del Wolverhampton Wanderers, para sustituir al portugués Bruno Lage, hasta el parón. El club, propiedad de un conglomerado chino, ha ido fichando y descartando jugadores. Y en la reanudación de la Premier, ha saltado de la cola de la tabla al puesto 16, siete puntos en cuatro partidos. Esta jornada su equipo ha caído ante el Manchester City.

Lopetegui completa el trío de guipuzcoanos exitosos, por el momento, en la Premier. Pero no se queda corta la trayectoria del valenciano Carlos Corberán en el West Bromwich Albion, propiedad de un empresario chino. Sustituyó en octubre a un veterano inglés en campos y banquillos, Steve Bruce. Eran penúltimos del Championship. Últimos tras el estreno de Corberán. Habían ganado nueve partidos de los diez disputados desde entonces. Perdieron en la noche del viernes, 2-1, contra el líder, Burnley.

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Están en puestos de promoción. «Ha mejorado todos los aspectos: tácticamente, individualmente, jugadas de pizarra, línea defensiva, pautas de ataque, estado físico, gestión del partido, movimiento constante sin balón, centros con intención táctica en vez de patada y a ver qué pasa, incluso ha maximizado la nueva regla de sustituciones. Todo está ahí. Francamente, Steve Bruce debería avergonzarse», escribe un comentarista en el fanzine 'Boing'.

Un largo itinerario iniciado en el Villarreal, que transcurrió por el fútbol chipriota y saudí, se detuvo en Leeds como responsable de la academia y asistente de Marcelo Bielsa. En su segunda temporada en Huddersfield disputó y perdió la final de la promoción a la Premier. Su nombre está ahora en boca de todos los clubes con problemas.

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