Goleada de una España en construcción

No hay mejor manera de inaugurar una era y poner las bases de un proyecto en construcción con una victoria contundente. Tal vez no brillante, fabricada sobre más de un susto y alguna que otra inseguridad defensiva, pero sí convincente y que proporciona un poso de tranquilidad a la nueva España de Luis de la Fuente. El seleccionador se ha estrenado este sábado en el banquillo de La Roja en Málaga con una goleada ante Noruega que se hizo esperar. Inició así con buen pie el camino hacia la Eurocopa de Alemania. Un doblete del debutante Joselu en apenas tres minutos y el acierto con el que Dani Olmo abrió la lata escandinava permitieron al combinado nacional solventar con éxito la apertura de la etapa post Luis Enrique y cargar de confianza el depósito del equipo.

España trabajaba con el balón y Noruega con los espacios, hasta que los nórdicos olieron la inseguridad defensiva del combinado nacional y se les abrió el apetito. No supieron saciarlo y recibieron una buena tunda. Hubo regalos de Laporte, excesivamente fallón con el balón al comienzo del duelo, y también de Carvajal, que animaron a los escandinavos a pisar con más determinación el terreno enemigo. La Roja quiso la pelota desde el pitido inicial, con un centro del campo gobernado por Rodri y Mikel Merino, quienes siempre encontraban vías de escape mediante un activo Dani Olmo y un profundo Balde. De la Fuente dio la titularidad a Iago Aspas, con libertad para moverse detrás de Morata, mientras que Gavi partía desde la izquierda con la consigna de buscar huecos por dentro. Estaban cómodos los españoles, sobre todo a raíz del gol del extremo del Leipzig, pero poco a poco empezaban a perder metros e iniciativa con el empuje de un rival que se nutría del talento de Odegaard pero vivía huérfano del lesionado Haaland.

No hacen falta análisis sesudos para constatar que a esta nueva España aún le queda para convertirse en un bloque. Necesita ser trabajada, pulida, dotada de forma y estar cosida a un libro de instrucciones con notas a pie de página. La teoría está clara, pero su traslación a la práctica requiere de tiempo y paciencia. Que De la Fuente disfrute de estos dos ingredientes depende mucho de los buenos resultados, como el cosechado anoche en Málaga, que permiten mejorar desde la tranquilidad y sin prisas. Arrancar bien la fase de clasificación era fundamental para otorgar calma al cuerpo técnico y también a la plantilla, cuyas piezas aún deben encajar en el puzle del riojano. Con cinco entrenamientos, los desajustes y desconexiones eran normales, pero estas sesiones bastaron para desmontar a una Noruega que perdonó demasiado.

Acierto con los cambios

España tuvo la pelota y la entregó tras el gol de Olmo. Nada más anotar el catalán, de un toque sutil después de una jugada iniciada por Mikel Merino –el navarro peleó y salvó un balón perdido– y dotada de sentido por Morata y Balde, Noruega tuvo una ocasión clarísima para empatar. Un grueso error de Laporte terminó con la pelota en las botas de Odegaard, cuyo disparo rebotó en Nacho. La Rosaleda tragó saliva y guardó silencio unos segundos. La Roja se desafiló, entregó su herramienta de trabajo y poco después apareció Kepa para evitar el empate con un paradón. Aursnes, asistido por Sorloth, mandó un misil y el portero sacó las manos para despejar al córner. Un nuevo susto al que dio réplica Merino con un centro-chut bien respondido por el meta visitante Nyland. Los noruegos acabaron la primera parte en el campo español dando sensación de peligro.

El combinado nacional salió del vestuario decidido a hacerse con el control. Lo hizo durante un rato, cosido a la pelota, pero le entraron sudores fríos con una acción de Pedersen. El lateral puso un balón en el áerea y Carvajal despejó en el sentido contrario y obligó a Kepa a estirarse para sacar un esférico que ya se colaba dentro. De la Fuente movió el banquillo y lo hizo con una varita mágica. Todo lo que tocó lo convirtió en oro. Retiró a Aspas y a Gavi, flojos e intrascendentes, y dio entrada a Oyarzabal y a Ceballos. Ganó en control. Luego introdujo a Yeremy Pino, quien nada más salir perdonó ante Nyland. Un magnifico pase de Ceballos le dejó solo ante el meta, pero el canario cruzó en exceso y su remate se fue al limbo.

Noruega dispuso de otra gran ocasión en el minuto 80, la tercera en su cuenta particular, que desaprovechó Sorloth. Berg le asistió en el área y el delantero, con todo a favor, mandó la pelota fuera. Ahí se acabaron los escandinavos y empezó el recital de Joselu. Nada más tocar la hierba de La Rosaleda, el 'nueve' cabeceó a la red un centro de Fabián, quien había entrado junto a él. Y a renglón seguido aprovechó un remate de Oyarzabal desviado por Nyland para hacer el tercero de España. Felicidad pura, como la de un equipo que abrió la 'era De la Fuente' con una deliciosa goleada.

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