El Barakaldo llega al campo del Atlético El Paso donde se disputará la ida del ascenso a Primera Federación

El estadio Gran Canaria es hoy uno de los grandes protagonistas del partido. Un campo de hierba artificial implantada en 2020, pero muy castigado a raíz de la erupción del volcán en 2021. Se utilizó entonces como centro neurálgico de los servicios de emergencia, por lo que muchos vehículos anduvieron sobre él y, durante los siguientes meses, le cayó mucha ceniza del propio volcán. Por lo tanto, bota mucho y obliga a que sea un partido de balones por alto, juego directo, disputas y mucha brega. El Atlético Paso, conjunto aguerrido con sólo 21 goles en contra en la liga regular ha basado su éxito en su fortaleza como local. Mientras, el Barakaldo se ha sabido adaptar a todos los terrenos, perdiendo sólo los dos partidos de esta temporada ante el Bilbao Athletic en los últimos dos años. Nadie más ha sido capaz de vencerle.

El cuadro fabril logró el ascenso invicto y ahora está inmersa en un play-off que les podría hacer escalar de categoría por segunda vez consecutiva. A pesar de que la afición tiene aún muy presente la grave crisis que atravesó la entidad, debido a la sanción de 1,4 millones de euros que le impuso la Seguridad Social y que hizo que se tambalearan los cimientos de un club centenario, «los equipos grandes saben levantarse más fuertes», destaca su capitán, Aimar Sagastibeltza.

La plantilla vizcaína ha cogido tres vuelos para recorrer los 2.500 kilómetros de distancia entre ambas localidades. El engorroso viaje parece no haberles afectado mucho. «Tenemos que aprovechar que hemos llegado muy frescos físicamente y mentalmente también estamos enchufados», remarca el capitán.