El Arenas se diluye en los errores para caer ante el Rayo Cantabria

En la primera mitad ha arrancado el galimatías. Ambos equipos ha caído en una cadena de desaciertos. El balón ha ido de un lado para otro a la espera de saber dónde se produciría el pase impreciso que acabaría con el cuero en botas del rival. Se ha producido una y otra vez. Ha sido como si los getxotarras hubiesen acabado diluidos en un toma y daca insulso al que están desacostumbrados.

De partida, los cántabros saltaban al campo necesitados de puntos. Los rojinegros han aguantado bien sus envites, pero tampoco han sabido generar peligro con su fútbol de creación. Lo mismo ha pasado por la otra parte al conjunto entrenado por Ezequiel Loza, que hasta vio una tarjeta amarilla.

Apenas ha habido oportunidades claras o las existentes han acabado con remates desafortunados. Las individualidades de Jurgi Oteo y de Celihueta han sido lo más destacable por parte visitante. En el minuto 8, lo ha intentado Oteo, pero su disparo blando desde la frontal del área lo ha detenido sin problemas Moha. También Ibargoien lo ha probado, pero su chut ha salido alto. Aunque la mejor acción ha llegado en una contra del local Gandarillas que ha estampado el balón contra el lateral de la red.

Tras el descanso, ha llegado el gol tempranero. Tras el mismo, el Arenas ha caído en una fase de desconcierto tras el 1-0. Han sido unos minutos en los que el Rayo Cantabria ha empujado con entusiasmo. Al Arenas le ha costado reaccionar. Pero cuando lo ha hecho, tampoco ha exhibido esa contundencia y solidez de anteriores partidos.

A los cántabros se les ha visto cómodos en su papel al ir por delante en el marcador y lanzar contras peligrosas. En el tramo final, el partido se ha vuelto loco y ambos contendientes han tenido ocasiones. No obstante, el filial del Racing ha desperdiciado un par de ellas de libro, porque Murillo y Saúl han pecado de individualidad al empacharse de balón cuando se desmarcaban sus compañeros en dos acciones de olor a gol.