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Amador Gómez
Madrid
Jueves, 17 de mayo 2018, 21:25
Luis Manuel Rubiales Bejar es el nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF). El abogado se llevó las elecciones al superar con claridad por 80 votos a 56 a Juan Luis Larrea en la Asamblea General celebrada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Hubo un voto en blanco que muchos atribuyeron al seleccionador Julen Lopetegui que había mostrado su intención de no tomar parte por ninguno de los dos candidatos que optaban a sustituir a Ángel María Villar y que ambos ya habían confirmado su confianza en el técnico vasco más allá de Rusia 2018.
«Ahora mismo lo que más urge es el orden, incluso aquí», proclamó Luis Rubiales rodeado de móviles, cámaras y micrófonos recién elegido presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), que según el exjugador nacido en Canarias pero criado en Motril (Granada), que es de donde realmente se siente, «debe ser un organismo de élite y líder en transparencia». «Voy a hacer una federación para todos, en la que el que quiera sumar siempre tendrá cabida», prometió Rubiales, que al ser declarado ganador fue a estrechar la mano de Juan Luis Larrea, «que ha demostrado valentía al presentarse a las elecciones». «Gorka (hijo de Larrea) también me ha dado un abrazo. A partir de ahora hay que ir en la misma dirección. El otro candidato ha tenido un apoyo importante y no voy a ser un necio, sino todo lo contrario. Voy a tratar de hacer todo para que dentro de las diferencias podamos remar en el mismo sentido», insistió Rubiales, que lo primero que hará en su nuevo cargo, además de renovar a Julen Lopetegui como seleccionador, será «poner en marcha una auditoría en la FEF».
Para que Rubiales fuese elegido presidente en la primera vuelta, era necesario obtener mayoría absoluta (69 votos al ausentarse dos asambleístas) lo que de no haberse producido hubiese provocado una segunda vuelta en la que sería elegido aquel que lograse mayoría simple pero Rubiales ganó con «mucha claridad», como había avanzado a este medio en una carta abierta.
«Hoy el punto estrella es la transparencia y la fiscalización», aseguró el nuevo presidente, para quien «es una obligación crear un órgano externo de transparencia y buen gobierno para que esté operativo después del Mundial (el 15 de julio)». Rubiales garantizó en cualquier caso que «no habrá limpia en la FEF, porque la base es muy buena». Respecto a las grandes discrepancias con LaLiga y, especialmente, con Javier Tebas, Rubiales apeló «a la lealtad, el respeto y la negociación para llevarse bien». «Tebas y yo podemos llegar a acuerdos», apuntó. En el caso concreto de los árbitros reclamó, aparte de «escuchar a este estamento», el diálogo de la FEF y LaLiga «para una adaptación salarial y su inclusión en la Seguridad Social». «En España llevamos 30 años jubilando a los árbitros con 45 años, pero voy a intentar que sigan trabajando dos años más», anunció.
Otro de sus grandes retos será potenciar el fútbol femenino, «porque la igualdad no es una utopía, sino un derecho». «Tenemos que profesionalizar a la mujer dentro del fútbol y del fútbol sala, y vamos a intentar que éste deporte sea olímpico, aunque tenemos que ir paso a paso», desveló quien mientras se celebraba la asamblea y tras ser proclamado presidente tuvo el móvil apagado y en momentos tan emotivos para él se acordó, por encima de todos, de su abuelo, «que también fue futbolista y metía goles a porrillo», después de haber recordado y dado las gracias a sus padres, su hermana, su mujer, sus niñas -«mis tres soles»- y «a todos los estamentos del fútbol. «Todos vais a tener lugar», les dijo a los asambleístas de la FEF quien trabajará «con el afán de devolver la confianza» que se le ha brindado.
«También tenemos que dar muchos más ingresos al fútbol modesto. Mi compromiso es el de darlo todo por esta federación y hacer un fútbol mejor. Ofrezco mi compromiso para alcanzar el diálogo con las diferentes instituciones nacionales e internacionales, pero igual que tenemos que aprender de algunos errores que se han cometido en el pasado hay que aprovechar las cosas buenas», afirmó el expresidente del sindicato de futbolistas, «con muchas ganas de trabajar ya en la FEF». «Gana el fútbol y ahora nos toca construir y darlo todo, como cuando salimos al campo. Nadie nos va a ganar a trabajo. El cambio es imparable», sentenció quien aseguró que estuvo «muy tranquilo» durante toda la jornada, convencido de su victoria tras haberse puesto fin a 29 años de la 'era Villar'. «Está encausado y tiene que centrarse en defenderse, aparte de que debe respetarse la presunción de inocencia», respondió cuando se le preguntó por el eterno presidente de la FEF inhabilitado por presunta corrupción.
Rubiales, de 40 años y que estudió enfermería además de ser abogado, explica con mucha convicción que con él «gana el fútbol», aunque sabe que ahora «toca construir». Detalla su plan a seguir en «una Federación moderna, para todos y líder en transparencia». Estará centrado en un reparto más equitativo de los ingresos, en lograr una renovación arbitral «tras escuchar a los colegiados», insiste que haya más transparencia en todos los ámbitos y potenciar el fútbol femenino -«la igualdad no es una utopía, es un derecho»-, además de lograr que el fútbol sala sea olímpico y apoyar al fútbol modesto «con muchos más ingresos. Se cambiará el modelo de Segunda B y Tercera pero escuchando a todo el mundo».
Para ello, promete «hacer un órgano de buen gobierno, externo de la Federación. Es importante ver cómo está la casa a nivel económico», reconoció antes de anunciar una «auditoria enseguida» para congratularse después del «paso adelante» dado. «Hay que ser ambiciosos. Queremos una Federación líder. El cambio es imparable pero las decisiones las abordaremos poco a poco», dijo antes de recordar que primero agotará su mandato hasta 2020 y que no se ve 30 años en la casa.
Más fácil que con La Liga se intuye su relación con su antigua casa, la AFE, ahora presidida por David Aganzo. «Rubí es un amigo de hace muchos años. Tenemos muchas cosas que hablar de las categorías más modestas. Es futbolista y sabe lo que es el fútbol. Está preparado. La relación con Tebas es buena y debemos estar lo más unidos posibles», reconoció el sindicalista.
Rubiales, reconoció estar deseando empezar a trabajar «a las 8 de la mañana» del jueves, y no esquiva ningún tema aunque reconoce que antes de meterse dentro de la casa debe conocer bien todos los ámbitos de la FEF. El calendario, algo que siempre le preocupó en su etapa en la AFE, también le preocupa. No sólo la fecha de la Supercopa, sino también cómo aligerar el calendario con la Copa del Rey. «Intentaremos encontrar la mejor solución», respondía con una sonrisa. Bromeó incluso con la prensa diciendo que «lo que más urge es el orden», viendo el caos en el que las cámaras y micrófonos convirtieron su primera comparecencia ante los medios.
Los votos totales fueron 137, ya que Iago Aspas, internacional del Celta, y Pedro León, centrocampista del Eibar, fueron los dos únicos ausentes entre los futbolistas de competiciones profesionales y no profesionales. Aspas fue el segundo jugador en ser nombrado en la votación, que comenzó a las 16.45 horas de este miércoles, y Pedro León el duodécimo, pero en ambos casos, se pasó el turno de votación ante su incomparecencia aunque se les llamó de nuevo a las 18:57 horas por si se hubiesen retrasado antes de que votase la mesa, en la que Jesús Gil Manzano fue el portavoz.
Por contra sí ejercieron su voto estuvieron Dani Giménez (Betis), Jorge Molina (Getafe), Miguel Ángel Moyá (Real Sociedad) y también Óscar de Marcos, ausente en la primera fecha de elecciones, el 9 de abril, porque los comicios le coincidían con el partido Villarreal-Athletic. Ello provocó que Luis Rubiales reclamase al Tribunal Administrativo del Deporte para cambiar la fecha del encuentro y éste decidió trasladar las elecciones a este jueves contra todo pronóstico.
El proceso de votación para elegir a Rubiales, vigésimo cuarto presidente de este organismo desde su creación en 1913, duró dos horas y media, dejando escenas curiosas. Juan Padrón, exvicepresidente primero -encargado de asuntos económicos- y suspendido temporalmente por su presunta implicación en la llamada Operación 'Soule', votó en la Asamblea en representación del club San José tinerfeño. Padrón emitió el voto del equipo isleño, uno de los miembros de la Asamblea por el estamento de clubes no profesionales aunque fue suspendido durante un año el pasado 25 de julio por la Comisión Directiva del CSD, cinco días después de que éste y Villar ingresaran en la prisión de Soto del Real, acusados por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz de posibles delitos de administración desleal, apropiación indebida y/o estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares. El juez decretó el 31 de julio la libertad bajo fianza de 300.000 euros tanto de Villar como de Padrón y del hijo del primero Gorka Villar, detenido igualmente, previo pago de 150.000 euros.
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