Triunfo liberador del Sestao River en Las Llanas

El estado del terreno de juego de Las Llanas, afectado por las fuertes lluvias, obligó a que hubiera mucho balón aéreo e intercambio de posesión en los primeros compases del juego. Ninguno de los dos equipos lograba hacerse con el mando, ni intimidar al rival con llegadas reseñables al área contraria. Más bien, el balón pasaba de unos a otros en el continuo intento de buscar a los atacantes en largo. En ese sentido, ambos estuvieron concentrados y férreos defensivamente. Los porteros eran meros espectadores.

Una dinámica que rompió el Sestao River de un plumazo, en la primera ocasión del partido. Fue en el minuto 22 cuando Erlantz Palacín, que supo aprovechar a la perfección su primera titularidad este curso con una brillante actuación, realizó un espléndido centro teledirigido a la cabeza de Ion Etxaniz, quien hizo gala de su gran capacidad de remate para ajustarla al palo derecho y anotar un tanto de bella factura. De este modo, el Sestao River lograba ponerse por delante por primera vez esta temporada en Las Llanas.

Los verdinegros se crecieron con ese primer tanto. Parecieron quitarse un gran peso de encima y realizaron, sin lugar a dudas, la mejor versión del actual curso como locales. Fueron verticales, se asociaron a la perfección y lograron llegar en diversas ocasiones al área rival. Aun así, Diego Gómez pudo establecer de nuevo el empate, de no ser por una intervención salvadora de Iago Herrerín. Precisamente, justo después, Bustillo condujo un contraataque que terminó con Asier Córdoba perforando las redes para ampliar la ventaja antes del descanso.

Después del paso por vestuarios, el Arenteiro estaba obligado a dar un paso adelante y apretó tratando de dar la vuelta a la situación. Estuvieron constantemente en campo contrario, rondando el área y creando nerviosismo en la grada. Pudieron recortar distancias varias veces, pero no estuvieron atinados en la definición. Aunque el Sestao River también estuvo vivo para aprovechar los espacios, lanzar rápidamente contraataques donde pudieran sorprender y sentenciar el choque. En el tiempo de descuento, Adrián Cruz anotó el 2-1 definitivo, provocando un estrés generalizado en la grada en los últimos instantes, que terminó con el alivio del pitido final y los tres puntos de oro.