Maroan Sannadi hace vibrar Lasesarre

En mitad de la tormenta, pero con el césped filtrando muy bien la lluvia, ninguno de los dos equipos se imponía con claridad en los primeros compases de juego. Ninguno parecía estar cómodo, incapaz de elaborar su juego. Comenzó mejor plantado el Nástic, que pudo adelantarse a los ocho minutos de juego. Antoñín se hizo con el esférico pugnando con Borja García, cedió para Pablo Fernández sólo ante Unai Pérez, pero el guardameta ondarrutarra volvió a estar pletórico, con una parada espectacular para evitar encajar un tanto tempranero.

El Barakaldo iba creciendo con el paso del tiempo, ganando presencia en campo contrario y equilibrando la balanza. Una balanza que iba a tumbar hacia su lado gracias a un testarazo sublime de Maroan Sannadi a centro de Pablo Santiago. El delantero cedido por el Deportivo Alavés daba así una nueva muestra de su enorme potencial.

La reacción de los visitantes fue inmediata. A partir de que los fabriles se pusieran por delante, el Nástic fue dueño y señor del partido. Éstos empezaron a dominar el centro del campo, con un Pablo Fernández que caía mucho a recibir y permitía a Montalvo y Gorostidi tener libertad para asociarse y conectarse con los atacantes. El cuadro catalán consiguió igualar la contienda en un córner donde los barcaldeses cometieron un error en el marcaje y Víctor Narro remató completamente sólo.

El paso por vestuarios sentó mucho mejor a los locales, que bombardearon constantemente el área contraria. La segunda parte fue un monólogo del Barakaldo, que apretaba en busca del triunfo, mientras que el Nástic se hacía cada vez más pequeño. Los catalanes parecía que rescatarían un punto. Sin embargo, en el tiempo de descuento, cuando todo parecía visto para sentencia, Revilla realizó una brillante jugada individual, se la dio para que disparara Urki Txoperena y el rechace lo recogió Maroan Sannadi para hacer el 2-1 y hacer vibrar a todo Lasesarre.