![La lluvia no agua la fiesta](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/12/14/goles-kuW-RIbaadoxdCYntbsJyo7IHgP-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Peru Olazabal
Amorebieta
Sábado, 14 de diciembre 2024, 23:35
Son muchos los que llaman 'fútbol de barro' a las categorías que están por debajo del profesionalismo -Primera y Segunda División-. Quizás hay veces que no sea la expresión más acertada para referenciar a la Primera Federación, donde hay muchos estadios espectaculares, con el césped ... en perfecto estado y todos los medios a su disposición para brindar un especáculo similar al que se puede ver en la élite.
No obstante, ese apodo le venía como anillo al dedo al duelo que enfrentó al Amorebieta y al Barakaldo en Urritxe. Las fuertes lluvias provocaron que el terreno de juego estuviera encharcado, blando y la hierba se levantara. De este modo, el feudo no permitía mchos pases rasos, conucciones o lucimientos. Todo era juego directo y muy físico: duelos, disputas, centros al área y tratar de aprovechar los errores de rival. Es decir, fútbol de barro en su máxima expresión.
Con tanta lluvia y siendo una noche tan fría, alguno podría pensar que pocos se animarían a presenciar el partido en Urritxe. Sin embargo, los fieles seguidores de ambos conjuntos volvieron a demostrar su lealtad y pasión por el equipo. Ni siquiera se vendieron entradas al público general porque, entre los socios de uno y otro equipo ya abarrotaban el aforo de 1.356 espectadores. Las 200 entradas que tenía a disposición el Barakaldo se agotaron en media hora y los locales tampoco fallaron a la cita.
El temporal no detuvo a los aficionados. Se enfundaron la bufanda, cogieron un paragüas y siguieron el encuentro muy animosos, aun teniendo que aguantar el chaparón muchos de ellos; todos aquellos que no estaban en la única grada cubierta del campo zornotzarra. Sabían que la ocasión lo merecía.
Los hinchas gualdinegros fueron ubicados en una esquina, detrás de una de las porterías. Acudieron con banderas y ataviados, por supuesto, con las camisetas y bufandas de su equipo. Se hicieron notar, animando a los suyos en un momento tan dulce como el que atraviesa el conjunto fabril, en la parte noble de la clasificación a pesar de ser un recién ascendido.
También estuvieron pletóricos los azules, que continúan empujando a los suyos pese a encontrarse en la última posición. Demostraron estar al lado del equipo en los malos momentos y los futbolistas respondieron con un intachable compromiso y entrega, que sirvió para igualar la intensidad tan alta de los baracaldeses en las condiciones que estaba el verde.
Fueron los primeros en llevarse una gran alegría, con el penalti que tranformó Dani Selma. Un momento de nerviosismo transformado en felicidad. Una felicidad que cambió de bando hasta en dos ocasiones. Los fabriles mostraron su resiliencia, haciendo gala del cántico que dice que «¡El Barakaldo nunca se rinde!», igualando el envite al inicio de la segunda mitad.
Pasada la hora de choque, se vivió un carrusel de emociones. Los del Amorebieta celebraron primero el espectacular tanto de Enol Coto, pero los de la Margen Izquierda volvieron a responder sólo cuatro minutos después con la diana de Pablo Santiago. Con cuatro goles en total y tanta pasión de por medio, se pudo vivir una auténtica fiesta en Urritxe, disfrutada por todos por mucho que el resultado no contentara plenamente a nadie.
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