Se impone la lógica en el Stadium Gal

El Stadium Gal entrañaba un reto de máxima exigencia para el Sestao River. Allí le esperaba un Real Unión invicto, en posiciones de play-off y que gozaba de diez días más de descanso que los verdinegros. Hacía sólo tres días que el cuadro sestaotarra disputó los dieciseisavos de final de la Copa Federación ante el Calahorra, con prórroga y penaltis incluidos. Mientras que los fronterizos no jugaban desde el 15 de septiembre, puesto a que se suspendió su partido de la anterior jornada ante el Tarazona por las fuertes lluvias.

Desde un inicio, el conjunto local dejó claro que impondría su ley. Los de Mikel Llorente fueron muy superiores en los primeros compases del juego. Tenían el mando de la posesión y percutían constantemente en ataque, ante un Sestao River agazapado en bloque medio, con las líneas muy juntas, que se limitaba a achicar agua y a tratar de defender la igualdad inicial. Desde luego, no era una tarea sencilla. Los de Viadero no se podían permitir ningún error. Aquello quedó patente en un fallo de Rafa Gálvez que casi aprovecha Koldo Obieta para estrenar el electrónico.

Esto sería un mero aviso de lo que ocurriría poco después. Antes de cumplirse el primer cuarto de hora de choque, Dani Garrido armó un tiro raso y cruzado, ajustado al palo, con su pierna zurda y desde la frontal del área para batir a Iago Herrerín. El Sestao River fue de menos a más, con cada vez más presencia en campo contrario. Aunque le faltó ritmo, fluidez y mordiente en ataque para poder sorprender a los irundarras. Quizás fruto del cansancio de la acumulación de encuentros de una plantilla corta, con sólo veinte futbolistas.

En la segunda parte, el conjunto dirigido por Ángel Viadero consiguió equilibrar la balanza y que todo estuviera muy igualado. Sin embargo, seguía sin poder penetrar con peligro entre la zaga fronteriza, ni poner en aprietos a James Wright, guardameta inglés de 19 años cedido por el Aston Villa. No hubo más que alguna tímida ocasión, sin ser suficiente para devolver las tablas. Todo se vino al traste con un penalti por mano cometido por Etxaniz que transformó Quique Rivero engañando a Herrerín, que se venció hacia al otro lado.

Aquello podía parecer la sentencia definitiva de los guipuzcoanos. No obstante, únicamente ocho minutos después, Victor Eimil cometió la pena máxima sobre Efremov en un córner. Pese a errar desde los once metros en la anterior jornada y en la tanda de la Copa Federación, a Leandro no le tembló el pulso y cogió la responsabilidad. No falló esta vez el delantero de Colindres, que iguala a Sannadi como máximo goleador del grupo 1 de Primera Federación, con tres dianas. Finalmente, sólo sirvió para maquillar el resultado. El Sestao River cayó por 2-1 y entra en puestos de descenso, con cinco puntos en seis jornadas.

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