El Amorebieta vuelve a las andadas en Andorra

Los azules sabían que el duelo en el 'Estadi Nacional' andorrano iba a ser complicado. Nadie había ganado allí. Y lo fue más aún antes de empezar por la propia falta de efectivos con la que llegó el cuadro vizcaíno a esta última salida del año. Con Julen Jon Guerrero rumbo prácticamente ya de nuevo al Deportivo Alavés y las lesiones de Camacho y Kortazar -ambos en la fase final de su recuperación-, el técnico vitoriano no pudo contar tampoco con Hervías por sanción ni con Coulibaly ni Nakai, que se quedaron en tierra por diversas molestias de última hora.

Como se podía esperar, el Andorra fue quien se hizo con la manija del encuentro fiel a su estilo, sin imprimir mucho ritmo, pero manejando la posesión, ante un Amorebieta que, quizá, salió excesivamente contemplativo y al que le penalizó, una jornada más, la falta de contundencia defensiva. Lautaro de León estuvo muy cerca de abrir el marcador a los ocho minutos tras recoger un balón filtrado a la espalda de la zaga zornotzarra, pero Unai Marino aguantó bien ante el uruguayo y atajó su intento de vaselina. No perdonó, sin embargo, el delantero del Andorra pocos minutos después, cazando un balón suelto en la frontal y batiendo de potente disparo cruzado que botó justo delante del meta de Ondarroa.

Como en tantas ocasiones anteriores, ese primer mazazo en contra pareció hacer despertar a los de Urritxe, que empezaron a tener algo más de protagonismo y vocación ofensiva. De entrada, respondieron muy rápido al tanto local con una buena contra que Selma no pudo culminar con acierto por poco. Ya en el ecuador del primer acto, de nuevo el delantero valenciano mandó al palo un buen servicio de Ben Hamed en profundidad.

El Amorebieta merodeaba el área tricolor con buenas transiciones, pero se quedaban en agua de borrajas por las excesivas imprecisiones cometidas por los azules. El Andorra, mientras, seguía a lo suyo y cada vez que merodeaba zonas de ataque daba sensación de peligro. Aunque fue más eso que riesgo real para un Unai Marino que, eso sí, pasada la media hora, achicó bien espacios en el corazón del área para evitar la segunda diana de los de Ferrán Costa.

En el inicio del segundo periodo, el Amorebieta quiso, pero no pudo, meter una marcha más. El Andorra se encargó de ir llevando el encuentro hacia donde más le convenía, y fue haciendo mella. Las facilidades que le ofreció el cuadro azul se lo sirvieron en bandeja. Una pérdida tonta en zona de medios propició la contra de Lautaro, que pisó área y cedió atrás para Cerdá, que anotó libre de marca en punto de penalti.

Con media ahora por delante, se podía esperar una reacción de los de Urritxe, pero no llegó. En clave azul, el segundo periodo tuvo dos nombres propios. Ben Hamed, que fue de lo poco salvable con un par de intentos para recortar distancias que resultaron infructuosos, y Unai Marino, que tuvo varias intervenciones de mérito que evitaron que su equipo se volviera a casa con una goleada.