El Amorebieta tropieza otra vez lejos de Urritxe

Aunque por fases sí que pueda intuirse alguna mejoría, al Amorebieta aún le cuesta una barbaridad ofrecer su mejor nivel cuando juega lejos de Urritxe y se muestra como un equipo excesivamente plano que no reacciona hasta que no encaja un primer golpe. En su visita a Zubieta de este viernes, volvió a suceder. Los zornotzarras sufrieron una nueva derrota visitante ante una Real Sociedad B más incisiva y dominadora. Cierto es que los de Natxo González no bajaron los brazos y pudieron meterse en el partido, pero les faltó el mordiente que sí muestran al abrigo de su afición.

Con el mismo once que hace una semana salió ganador en el derbi ante el Sestao River, el Amorebieta buscó de inicio tutear a una Real Sociedad B a la que el impetuoso arranque de los azules le pilló un tanto por sorpresa. Fueron, de hecho, los que gozaron de una de las pocas ocasiones claras de gol que hubo en el primer periodo, con Pablo Hervías soltando un latigazo desde la frontal que obligó a Fraga a meter la manopla para desviar a córner. No se había cumplido ni el minuto tres.

El Sanse, sin embargo, fue poco a poco haciéndose con la manija del encuentro, tal y como había advertido Nacho González. El Amorebieta cerró líneas y trabajó a destajo para cerrar huecos por dentro, lo que obligó a los 'potrillos' a buscar las bandas, pero sin llegar a inquietar en demasía. Solo lo lograron a balón parado, como con el envío muy cerrado buscando segundo palo al que Peru no llegó por muy poco, aunque con Unai Marino muy atento por si acaso.

Los de Urritxe trataron de encontrar alguna contra rápida para sorprender, y a punto estuvieron de lograrlo justo antes de la media hora de no ser porque la defensa local derribó a Carbonell prácticamente en la misma línea frontal del área. La falta, peligrosísima, la ejecutó Mauro Bravo, impactando en balón en la barrera. Calavera cazó el rechace, pero su potente disparo se fue abriendo y se marchó cerca de la escuadra.

El Amorebieta se afanaba en defensa y no concedía facilidad ninguna a una Real Sociedad B que, sin embargo, tiró de pillería -o ilegalidad- para sorprender a los azules. Balón que sale por banda, un jugador local se dispone a coger el esférico, pero un compañero recoge del suelo otra pelota ubicada diez metros más adelante y reinicia el juego por sorpresa. Consecuencia: Ochieng gana línea de fondo y la pone atrás para que Orobengoa anticipe a la defensa vizcaína y anote.

Más dubitativo se mostró el Amorebieta en el arranque de la segunda mitad, en la que Natxo González dio entrada a Ben Hamed por el amonestado Coulibaly. Aunque el camerunés tampoco tardó mucho en cargarse con cartulina amarilla. La Real B presionaba y anulaba cualquier mínima intención ofensiva de los azules. Y, además, antes del 55', Jon Balda aumentó la brecha en el marcador con un misil a la escuadra que levantó los aplausos de los presentes en Zubieta.

Pudo meterse en el partido con rapidez el Amorebieta, tras señalar el colegiado un claro penalti por derribo de Lebardier a Iñigo Muñoz. Una pena máxima que ejecutó Álvaro Marín pero que detuvo Fraga adivinando el lado y metiendo una buena mano abajo.

González buscó soluciones en su banquillo y retocó peones para tratar de tener algo más de protagonismo con el balón. El partido ciertamente se equilibró en cuanto a la posesión, pero al Amorebieta le costó generar de tres cuartos en adelante. El choque se fue convirtiendo en un correcalles sin dueño en el que los azules pudieron marcar por mediación de Mauro Bravo, pero éste erró en el mano a mano ante un Fraga convertido en héroe local. También tuvieron las suyas los donostiarras, pero tampoco se mostraron acertados.

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