El Amorebieta exhibe músculo lejos de Urritxe

La imparable trayectoria al alza de los zornotzarras desde hace ya muchas semanas se mantiene firme y con pocos visos de que vaya a desvanecerse en este tramo final de la temporada. Quedan solo nueve jornadas -diez para el Amorebieta-, y los de Haritz Mujika han pasado de ser un tapado del que pocos hablaban o tenían en cuenta en sus quinielas a convertirse en un aspirante a todo. Desde tierras mediterráneas se mira de reojo, y con recelo, a Urritxe.

En esa buena marcha del Amorebieta tiene mucho que ver, evidentemente, al fortaleza de los azules en su propio feudo. Un terreno de juego del que se han escapad pocos puntos y sobre el que se ha dicho de todo. Y poco bueno. La cantinela de siempre.

Pero, casualidad, o más bien no, el rendimiento del Amorebieta cuando actúa como visitante está siendo digno de mérito desde hace ya muchas semanas. Ante el Intercity en el Municipal Antonio Solana sumaron un punto más para su casillero. No fue un partido brillante, pero sí provechoso ya que sirvió para recortar ligeramente distancias con respecto al liderato. Además, engarzaron el octavo partido consecutivo puntuando lejos de Urritxe. O lo que es lo mismo, los de Haritz Mujika encadenan cinco meses sin perder en campo contrario. Un periodo en el que han cosechado 14 valiosos puntos gracias a tres victorias y cinco empates, entre ellos las tablas firmadas con Eldense y Murcia, que aún deben devolver la visita a los vizcaínos.

Una dinámica que refuerza la confianza del vestuario zornotzarra, más aún teniendo en cuenta el calendario que le espera al Amorebieta de forma inmediata, con otros tres desplazamientos más en quince días: este sábado a Alcoy, el miércoles 12 el aplazado ante La Nucía y el domingo 16 el derbi con la Real B, también implicada en la pelea por el play-off. Sin olvidar, por supuesto, el crucial partido de Urritxe del día 8 contra el líder.

De hecho, a los azules les quedan hasta el final de temporada seis encuentros a domicilio por solo cuatro al abrigo de su afición. Aunque en la última jornada, a disputarse en Lezama contra el Bilbao Athletic, el Amorebieta debería sentirse como si fuera el conjunto local.

Para encontrar un dato de calibre similar habría que remontarse a la primera campaña de Iñigo Vélez de Mendizabal en el banquillo zornotzarra. Con el gasteiztarra, y tras una primera vuelta desastrosa, los azules solo sufrieron dos tropiezos en toda la segunda parte de la temporada. En aquel curso 2018-19, sumaron también cinco meses sin tropiezo lejos de casa, desde la derrota a finales de diciembre ante el Langreo hasta que el Barakaldo se cruzó en su camino en mayo.

Hace un par de temporadas, en la del histórico ascenso a Segunda División del Amorebieta, y pese a que fue un 'curso exprés' marcado por la pandemia, los azules también fueron capaces de cosechar unos espectaculares números lejos de su fortín de Urritxe. Y fue de nuevo en el tramo final, en el más decisivo. El cuadro azul hincó por última vez la rodilla en Stadium Gal ante el Real Unión en febrero. A partir de ahí, fue capaz de sumar cinco encuentros de liga lejos de casa, uno tras otro.

Y ganó de forma brillante los dos más importantes, los del play-off de ascenso en Extremadura. Dejó en la cuneta el Linares en las semifinales y amargó la fiesta, y de qué manera, al Badajoz y su afición en el Nuevo Vivero en la final. Un 'viverazo' tan épico como histórico que seguro que aún recuerda el técnico Fer Estévez, técnico por aquel entonces de los pacenses y ahora a los mandos del Eldense.