El Amorebieta, ante su momento más delicado

Ahora, son ocho puntos los que separan al cuadro vizcaíno de los puestos de permanencia, marcados por un buen ramillete de equipos con 23 unidades en su casillero. Con toda una segunda vuelta por delante, es inevitable echar las 'cuentas de la vieja' para ver qué es lo que debería hacer el Amorebieta si quiere mantener la categoría en el año de su centenario. Con un simple vistazo a lo sucedido en las tres campañas anteriores de Primera Federación, la conclusión parece bastante clara: los zornotzarras deben duplicar el puntaje logrado en esta primera mitad de curso. O lo que es lo mismo: hacer una segunda vuelta prácticamente de play-off.

Observando siempre el grupo en el que militan los equipos vascos, el año pasado, el Real Unión logró salvar los muebles con 43 puntos; hace dos campañas, el Alcoyano tuvo que irse hasta los 47 para mantener la categoría; y en 2022, el Bilbao Athletic libró con 45 puntos en su casillero. El Amorebieta cuenta actualmente con 15.

La tarea que tienen por delante los de Urritxe no es sencilla, aunque ya se han dado en temporadas anteriores casos de equipos que han realizado una segunda mitad de la competición cuya reacción les permitió eludir la quema. Y a eso es a lo que se agarran los gestores zornotzarras, confiando en que más pronto que tarde el equipo encuentre el punto de inflexión.

Aunque para ello, lo primordial es resolver las taras que el equipo está mostrando de forma reiterada y que le vienen lastrando una y otra vez. «Hacemos muchas cosas bien, pero también hacemos muchas cosas que son groseras y damos muchas facilidades al rival. Todo lo que hacemos bien se queda en un segundo plano y es una lástima», se lamentaba Natxo González tras la goleada recibida en Tajonar.

«Es un resultado contundente por nuestra vulnerabilidad y por dar tantas facilidades al rival. Ves el partido, llegas al descanso y es increíble que lo vayas perdiendo por 2-0. Pero si somos débiles y vulnerables, pasan estas cosas», insistía el técnico vitoriano. «Defensivamente somos muy frágiles», lanzaba con gesto resignado.

«Un partido que lo tienes controlado, y a la mínima… Si no es por una situación es por otra, si no es por un saque de banda es por otra cosa… en definitiva, es esa sensación de vulnerabilidad. Lógicamente, es imposible sacar un buen resultado siendo tan vulnerables a nivel defensivo», proseguía. «Está claro que hay que seguir trabajando, pero tenemos que ser más consistentes, lógicamente. Vamos a seguir trabajando porque no queda otra», aseveraba.