Pochettino le gana a Luis Enrique la carrera por el banquillo del Chelsea

Para enderezar este proyecto a la deriva llega Mauricio Pochettino. Desde la destitución de Graham Potter y el fichaje de Lampard como interino, los dirigentes blues han estado buscando un entrenador. El joven Naggelsman, que acababa de ser despedido a su vez del Bayern, fue uno de los candidatos, así como Luis Enrique. Finalmente, el ex de Tottenham, uno de los grandes rivales del Chelsea, ha sido el elegido firmando por dos temporadas con opción a una extra, y su perfil parece responder adecuadamente a las necesidades actuales del cuadro londinense.

La primera gran tarea de Pochettino será formar la plantilla. Tras sus dos frenéticos mercados, los blues cuentan con 32 jugadores, una cifra absolutamente desproporcionada. El tremendo dispendio realizado, obliga también a Todd Boehly a desprenderse de futbolistas, por lo que se espera un verano con más salidas que llegadas en el Bridge, aunque sí parece que acometerán el fichaje de un delantero. Desde Diego Costa, el Chelsea nunca ha logrado acertar con esa posición, por la que han pasado Giroud, Morata, Lukaku o Aubameyang sin que su rendimiento fuera acorde a la exigencia del club. Oshimen, que acaba de proclamarse capocanonieri del Calcio con el Nápoles, es el principal candidato. Nkunku, del Leipzig, también parece hecho, aunque el francés no es un delantero al uso, más bien un jugador para actuar en tres cuartos.

La Academia también debe ser importante; de Cobham, han salido en los últimos años jugadores de gran talento como Reece James o Mason Mount, y Pochettino deberá seguir fomentándola, tal y como hizo en el Tottenham. Aquellas temporadas pueden ser un espejo donde mirarse para el argentino, porque hizo precisamente lo que el Chelsea necesita ahora mismo, un proyecto largo, calmado, en el que desarrollar poco a poco un fútbol vistoso, fichar con moderación y sensibilidad y promocionar a los talentos jóvenes del club. Con Pochettino, los spurs mejoraron progresivamente hasta alcanzar el colofón de aquella final de Champions ante el Liverpool. En el PSG, en cambio, las cosas no salieron tan bien para el argentino, en un vestuario repleto de egos que no supo manejar. Que su etapa en el Chelsea se parezca más a una que a la otra dependerá precisamente de su habilidad para confeccionar una plantilla que mezcle bien juventud y veteranía, tenga voluntad de aprender y afán de victorias.

El Chelsea, lógicamente, no jugará en Europa la próxima temporada. Todos sus rivales a excepción del Tottenham si lo harán, un factor que puede resultar decisivo para alcanzar los cuatro primeros puestos, pues volver a la Champions debe ser el gran objetivo de Pochettino en su primer año. La desastrosa campaña del Chelsea no refleja el nivel real de su plantilla. Aún sin fichajes, los blues cuentan con grandes futbolistas, que está temporada se han visto imbuido del ambiente de descontrol que ha reinado en el club. Que Boehly hay aprendido de sus errores es el otro factor que va a marcar la estancia de Pochettino. Si el magnate norteamericano ha entendido que su excesivo intervencionismo ha propiciado el desastre de esta campaña y que en fútbol todo lo bueno requiere de tiempo y paciencia, la etapa del entrenador argentino en el Bridge puede resultar exitosa.