
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Juanma Mallo
Viernes, 14 de octubre 2022, 11:30
Cuando una niña o un niño practican un deporte, el que sea, lo deben hacer para disfrutar, para sonreír, para hacer nuevos amigos, para socializar, como una vía para aprender una serie de valores fundamentales para su vida adulta... En suma, con el objetivo de pasárselo bien, sin importar el resultado, si falla una ocasión, o le pasa al contrario. Lo esencial es que se lo pase bien. Éste es el mensaje del vídeo publicado en las redes por la Fundació Brafa, en el que deja claro un mensaje a los progenitores... Si el objetivo no es ése, que no se acerque, en este caso, al campo de fútbol, pero puede ser la cancha de baloncesto, de balonmano, la piscina, o la pista de hockey.
El vídeo es claro. Cotundente. Y fácil de entender para sus destinatarios, que son todos aquellos padres y madres que tienen a sus hijos practicando algún deporte. Aparecen pequeños jugando, y uno de ellos, de fondo, como una voz en off, lanza el mensaje.
"PAPÁ, ¡NO QUIERO QUE VENGAS A VERME AL PARTIDO!"
Fundació Brafa (@fundaciobrafa) October 13, 2022
Nueva temporada de fútbol base. ¿Otro año más en que los de fuera del campo les van a ROBAR a los niños y las niñas SU JUEGO?
Nuevo vídeo de la campaña #noseashooligan, un mensaje MUY CLARO. pic.twitter.com/VpQCdW55F0
«Si piensas que tengo que ser el mejor, no vengas. Si para ti el resultado es lo más importante, no vengas. Si vas a gritar al árbitro cada vez que crees que se equivoca, no vengas. Si no puedes soportar que esté en el banquillo, no vengas. Y si te vas a enfadar cada vez que fallo, no vengas». Eso es lo que no tienen que hacer los padres.
En cambio, pueden hacer lo siguiente. «Si vienes ven a disfrutar, a animar, y a descansar. Yo solo quiero jugar feliz, y verte feliz». Ésa debe ser la meta. Nada más en este educativo vídeo de poco más de un minuto de la Fundació Brafa.
«Reclamamos a todos los padres y madres que se pregunten cómo actúan en los partidos de su hijo o hija y reflexionen sobre el daño que algunas acciones les pueden causar. El deporte de base ha dejado de ser un juego de niños. Se ha normalizado que muchos padres presionen a sus hijos y les monitoricen desde la banda. El deseo de los hijos es jugar, divertirse y aprender. El de sus padres es que ganen y sean los mejores. Este comportamiento tiene consecuencias negativas inmediatas en los hijos, como demuestran numerosos estudios internacionales: ansiedad y estrés que les afecta más allá del deporte; baja autoestima; baja autoestima; aparición de comportamientos antideportivos e incluso violentos; pérdida de interés por el deporte; incrementa el riesgo de aparición de actitudes antisociales; y provocan en muchos casos burn out y, como consecuencia, abandono del deporte»
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