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javier beltrán
Bilbao
Martes, 30 de octubre 2018
El actual entrenador del Sodupe en Tercera División, el exleón Óscar Vales, no va a renunciar a sus postulados. Alejado de la esclavitud de la clasificación, basa su estilo en gente joven, que rasee la pelota, se asocie con descaro y trate de dominar los partidos. «Es más fácil destruir que construir, pero tenemos la idea clara, me ficharon para eso. A los jugadores que traigo les digo qué idea tengo, si no, me traicionaría a mí mismo», remata el 'míster', cuyo equipo venció 0-3 al Pasaia en la última jornada, aunque sigue en posiciones comprometidas en una tabla de máximo equilibrio.
En el Sodupe, Vales se siente realizado. Ha intentado confeccionar una plantilla a su medida, siempre desde un presupuesto modesto y unas miras ambiciosas. Compagina los banquillos con su afición al golf, deporte en el que se defiende con cierta soltura, y la atención de su familia. «Estoy muy contento, es un gran club, es mi primera experiencia en Tercera», desliza con modestia. Un exrojiblanco que no se casa con nadie. En el Retuerto, en División de Honor territorial, dimitió el segundo año sobre la marcha porque no se sentía «a gusto, preferí dejarlo». Vales no descarta nada de cara al futuro, incluso salir a entrenar al extranjero. «Si la propuesta es buena y nos interesa a todos, habría que estudiarlo. Sobre todo, si me dejan trabajar a gusto», señala un excentral o volante de contención que puede presumir de más de 200 partidos en Primera División entre Athletic y Celta.
Vales desvela que ninguna de las posibles planchas a las inminentes elecciones del Athletic le ha tocado hasta la fecha. «A mí no», señala, aunque tampoco se ve entrenando en categorías inferiores. «En estos momentos, no, opción descartada; el día de mañana, veremos», desliza el basauritarra. Vales fue componente de un Celta de lujo junto a los Mazinho, Mostovoi, Revivo, Karpin o Patxi Salinas de compañeros y, a veces, fue un incomprendido en San Mamés. Recuerda un partido con el Athletic ante el Zaragoza en el que, con empate en el marcador, ejecutó una cesión complicada al portero y, a partir de ahí, «el público me empezó a pitar», rememora.
Jabo Irureta le marcó como entrenador, sobre todo, «como persona». Un referente que traslada a su actual cometido. En su hoja de servicios, dos goles oficiales ante Tenerife y Parma, aunque se atribuye personalmente «tres, hay uno en el aire», atendiendo a uno otorgado a Solozabal en propia meta ante el Atlético. En el Hurtado de Saratxo, Vales se impulsa desde una foto fija de fútbol sin pelotazos, a contracorriente, un 'rara avis' en Tercera División.
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