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a. mateos
Lunes, 29 de noviembre 2021, 11:26
El retorno del fútbol de clubes tras el último parón de selecciones dejó un partido para la memoria negra de la liga portuguesa. El Benfica goleó al Belenenses por 0 a 7 en un choque que nunca debió disputarse tras los 13 positivos por Covid ... detectados en el equipo local. Uno de los infectados, Thibang Phete, había viajado para disputar partidos con Sudáfrica, país en el que se ha originado la nueva variante Ómicron. El Instituto Nacional de Salud «Ricardo Jorge» (INSA) de Portugal ha confirmado hoy que estos casos vienen originados por la nueva cepa.
El partido tuvo que suspenderse al inicio de la segunda parte, cuando el Benfica ganaba por 0-7 frente a un rival que no tenía medios para competir. El modesto equipo del barrio de Belem en Lisboa se vio inmerso en una situación caricaturesca: privado de trece jugadores por un brote de covid-19, así como su entrenador y varios componentes del cuadro técnico, Belenenses tuvo que sacar un equipo inicial formado por varios jugadores del filial, un portero en el puesto de delantero... y aún así solo les daba para sumar nueve futbolistas, sin recambios en el banquillo.
En el descanso, lo insólito dio paso a lo absurdo y al ridículo: con 0-7 en el marcador y solo siete jugadores disponibles -dos se declararon lesionados-, el Belenenses regresó a la cancha para disputar la segunda parte, que nunca dio comienzo porque antes, uno de los futbolistas locales se tiró al suelo, supuestamente lesionado y sin poder continuar, lo que obligó al árbitro a dar el partido por finalizado, ya que el reglamento establece que un encuentro no puede continuar si uno de los equipos se queda con menos de siete efectivos.
Tras el partido, el presidente del Belenenses, Rui Pedro Soares, aseguró que había solicitado a la Liga Portuguesa el aplazamiento del partido: «Nos respondieron que con ocho jugadores» el partido tenía que disputarse, bajo la amenaza de sanciones, indicó en rueda de prensa.
Un responsable de la Liga, citado por la prensa local, admitió un contacto telefónico con el presidente del Belenenses, pero precisó que no había recibido una «petición formal» de aplazamiento del partido, y que la organizadora del campeonato no tuvo elementos para analizar la situación. «Es una página negra en el fútbol portugués, pero el Benfica no es responsable en absoluto», declaró por su parte el presidente del club lisboeta, Rui Costa, visiblemente molesto.
La decisión de mantener el partido fue unánimemente criticada por los grandes clubes. El Sporting aseguró que este episodio perjudicaría «la credibilidad del campeonato» portugués, al que «le costará que se le tome en serio», mientras que el director de comunicación del Oporto lamentó que Portugal de una imagen de «país tercermundista».
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