Sánchez a Rubiales: «Lo que vimos es inaceptable y las disculpas insuficientes»

La contundente reacción de Pedro Sánchez contra Luis Rubiales por su gesto «inaceptable» de besar a una futbolista en la boca durante la entrega de las medallas a las campeonas del mundo de fútbol es interpretado en distintos medios como una velada petición al presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) de que dimita. «Sus excusas son insuficientes e inadecuadas», dijo el presidente del Gobierno en funciones antes de sugerirle que «dé más pasos». La FEF es un órgano privado de utilidad pública, sometido al control del Consejo Superior de Deportes (CSD), y la destitución de su presidente corresponde de forma exclusiva a los 140 miembros de la asamblea. Salvo si existe la comisión de un delito flagrante en el que deba actuar la Justicia o el TAD a través del CSD. Es el caso del colegido Estrada Fernández y del director del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol, Miguel Galán. Ambos han denunciado a Rubiales ante el CSD por un delito de violencia sexual.

Las manifestaciones de reprobación de Sánchez -«esos comportamientos manifiestan que queda mucho camino por recorrer en materia de igualdad y respeto»- estrechan aún más el cerco político sobre Rubiales e intensifican el eco de las voces -PSOE, PP, Sumar, CC OO, AFE...- que le instan a que abandone el cargo por su comportamiento «machista» y «vejatorio» hacia Jenni Hermoso.

El ministro de Deportes en funciones, Miquel Iceta, denunció su actitud y le pidió de forma urgente «explicaciones. Estamos mandando un mensaje a la sociedad de respeto e igualdad, no se debe mandar un mensaje de prevalencia de que el que manda fuerza un beso», advirtió.

La vicepresidenta Yolanda Díaz fue más allá que Iceta. Exigió su inmediata dimisión por «vejar y agredir a una mujer». «Sus excusas no sirven en absoluto. Pedimos el cumplimiento de la Ley del Deporte y que se activen los protocolos», subrayó la líder de Sumar.

La misma demanda hizo este martes Cuca Gamarra, secretaria general del Partido Popular, quien reclamó en tono solemne que su actitud tenga «consecuencias» inmediatas porque «ha indignado a todo un país». Hubo también quien solicitó responsabilidad penal para el máximo dirigente de la Federación. Unai Sordo, líder de Comisiones Obreras, fue tajante. Dijo que «este hombre sobra», calificó el beso a la jugadora de «deplorable» y avisó de la existencia de un delito: «Es denunciable porque se está ante una relación de poder. No deja de ser el presidente con una subordinada y, en una relación de poder, las personas no ejercen su libertad ni pueden comportarse en condiciones de iguales con su superior».

La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), enfrentada históricamente a Rubiales, se unió al clamor que pide su marcha y, como hizo Yolanda Díaz, urgió al CSD a que aplique la Ley del Deporte si no dimite. En concreto se refiere al apartado contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en competiciones deportivas, en las que el Gobierno puede intervenir si contempla situaciones que «supongan acoso» en un entorno «intimidatorio, humillante u ofensivo», como cree AFE que se produce con el beso en la boca de Rubiales a una futbolista.

El estado de ánimo de Luis Rubiales experimentó notables alteraciones desde que se hizo pública la desafortunada escena. Su primera actitud fue restar importancia al beso y luego tachar a quienes le criticaron de «estúpidos y tontos del culo. No hagamos caso a los idiotas», mantuvo transcurridas ya más de diez horas desde la final. Más tarde, presiones políticas, según unas fuentes, y recomendaciones, según otras, le convencieron para grabar un vídeo de disculpas cuando la expedición hizo escala en Doha de regreso a Madrid.

Este martes se supo que en la terminal, y viendo lo que le venía encima, Rubiales trató de convencer a Hermoso para que apareciera junto a él en las imágenes y restara trascendencia a los hechos. Sin embargo, según desveló 'Relevo', la futbolista se negó. El medio digital de Vocento asegura que el presidente de la Federación pidió a la futbolista que le apoyara públicamente con el argumento del enorme cariño que sentía hacia su familia y el grave riesgo que corría de perder su cargo.

• Temas
• Luis Rubiales