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Sergio Busquets (2i), durante un entrenamiento con la selección española. efe

Todo gira alrededor de Busquets

Luis Enrique ha reconstruido la selección línea por línea, pero el pilar que sustenta su ideal es el centrocampista del Barça, el más veterano de La Roja

iván orio

Enviado especial a Doha

Sábado, 19 de noviembre 2022, 01:21

La selección española en el Mundial de Qatar gira en torno a Sergio Busquets. El centrocampista del Barcelona (Sabadell, 1988) es para Luis Enrique la aguja del compás, el palo clavado en la arena a modo de reloj de sol del que surgen los claros ... y las sombras de La Roja. El futbolista catalán domina el tiempo. Lo frena cuando intuye que sus compañeros han equivocado la velocidad con la precipitación. Y lo acelera en el momento en el que comprueba que las trincheras enemigas han cedido y se puede hacer daño. Lo hace siempre erguido, con un aura de tranquilidad insultante y con una visión panorámica envidiable que le permite ver lo que otros ni llegan a atisbar. El azulgrana es el otro yo del entrenador asturiano en el campo, el encargado de convertir en realidad un ideal de juego no exento de riesgos por la acumulación de jugadores por delante del balón. Es el capitán con mayúsculas del navío español.

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Busquets es el jugador más veterano de la lista conformada por el gijonés para la gran cita de Doha. La media de edad de la plantilla es de 26 años, juventud a raudales que hablan de cambio de ciclo y de profunda renovación, pero es él a los 34 el que vela por el resto, en el terreno de juego y en el vestuario. Último representante de los años dorados con protagonismo directo en los éxitos del Mundial de Sudáfrica y de la Eurocopa de 2012, el medio culé es un superviviente forjado en un club, el Barça, cortoplacista como ninguno. Resulta muy complicado hacerse insustituible en la entidad blaugrana, pero él ha concitado la unanimidad de técnicos y aficionados. Incluso en temporadas, como la pasada, en las que no parecía el mismo, desgastado por asumir la responsabilidad en mil batallas. Se han buscado fórmulas para dosificarle, pero eran transitorias. Oxígeno para el descanso del guerrero.

«Es el mejor del mundo en su posición para el juego que queremos desarrollar». Con esta contundencia se pronunció Luis Enrique cuando le preguntaron por el rol del barcelonés en el equipo en el torneo mundialista. Rodri, otro baluarte en la medular que no ha dejado de crecer en el Manchester City, emerge como el relevo natural de Busquets, pero de momento los galones tienen un claro dueño. Pueden jugar juntos, aunque una de las pistas que dejó el ensayo del jueves frente a Jordania es que el seleccionador quiere a su futbolista franquicia fresco para el debut del miércoles ante Costa Rica porque el metrónomo será sólo suyo. Ni él ni Pedri –además de Unai Simón– participaron en aquel amistoso, así que todo apunta a que ambos serán titulares en la sala de máquinas en el primer partido de la verdad.

Quizás Gavi complete la medular después de su excelente rendimiento en Amán. Qatar será con toda probabilidad la última estación de maximo nivel para Busquets, que asume su liderazgo con naturalidad dándole la importancia que tiene, en su justa medida. No tiene el catalán un carácter apasionado y desbordante –cuesta imaginárselo dirigiéndose a los suyos con un lenguaje arrollador y contundente, con golpes bruscos en la mesa–, pero eso no le impide ejercer su papel. Lo hace de otra manera, más de puertas hacia dentro, con conversaciones didácticas con los más novatos.

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Alcanzar a Casillas y Ramos

Su experiencia es un valor en sí misma. Busquets ha disputado trece partidos en Copas del Mundo –siete en el éxtasis de Sudáfrica, dos en el fracaso de Brasil y cuatro en el esperpento de Rusia–. Iker Casillas y Sergio Ramos han disputado diecisiete. El azulgrana les igualaría si la selección llegara en Doha hasta los octavos de final y estuviera en los cuatro choques. En cuartos les superaría.

Hay una imagen que revela como ninguna el compromiso del medio culé con La Roja. En la última Eurocopa, la de la pandemia, dio positivo por coronavirus y tuvo que aislarse diez días mientras sus compañeros iniciaban la competición. Finalizada la cuarentena, se sumó al grupo y participó en la goleada (5-0) ante Eslovaquia en el último partido de la primera fase. En su comparecencia posterior ante los medios la tensión acumulada se desbordó y rompió a llorar. «Pensé que no iba a volver». España necesita su mejor versión desde el principio en este Mundial si quiere cimentar los pilares que le abran las puertas de las eliminatorias con opciones de avanzar en una cita tan exigente. «No estoy de acuerdo en que vaya a ser su último Mundial. Mi objetivo es convencerle para que juegue un Mundial más», ha declarado Luis Enrique. Es el faro que ilumina su proyecto y no quiere que se apague.

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PALMARÉS

Con el Barcelona: Tres Champions, ocho Ligas y siete Copas del Rey.

Con la selección: Mundial de Sudáfrica de 2010 y Eurocopa de Polonia y Ucrania de 2012.

En los Mundiales: Ha disputado trece partidos en las tres Copas del Mundo que ha participado. Iker Casillas y Sergio Ramos acumularon diecisiete.

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